Por Alejandra Clavería
Entender cómo los cultivos agrícolas responden a los cambios en la disponibilidad de nutrientes nitrogenados, uno de los componentes más importantes para aumentar su crecimiento y productividad, fue el principal objetivo de una investigación elaborada por el Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica. El estudio determinó que existen genes que regulan la captación de nitrato desde el suelo (la principal fuente de nitrógeno en suelos agrícolas), y el crecimiento y desarrollo de especies como el maíz.
“La disponibilidad de nutrientes y, en especial de nutrientes nitrogenados, es uno de los factores que más afecta el crecimiento de las plantas y su productividad en la agricultura. Por lo tanto, un aspecto importante para mejorar esa productividad es comprender los mecanismos moleculares involucrados en la percepción, respuesta y asimilación de nutrientes nitrogenados en estas especies”, explica Rodrigo Gutiérrez, PhD, profesor asociado de esa casa de estudios y líder de la investigación.
Según el experto, el desarrollo de plantas con una mayor eficiencia en la captación y uso de nitrógeno (N) se podría traducir en un mejor crecimiento con menores niveles de fertilizantes en el campo. Agrega que esto tendría enormes ventajas económicas y un menor impacto ambiental, ya que los fertilizantes derivados del N “contaminan severamente el entorno, en especial los ecosistemas acuáticos. Por ello, reducir la cantidad de esos fertilizantes en el suelo ayudaría a disminuir la contaminación por compuestos derivados de este elemento químico”.
Nuevas variedades
Gutiérrez señala que en el corto plazo buscarán que esta tecnología sea aplicada en cultivos de interés comercial, tales como el maíz, además de desarrollar nuevas variedades que tengan una mejor eficiencia de uso del N y permitan disminuir los costos de producción en el agro.
“Nuestro objetivo principal es entender la biología de las plantas. No obstante, nos interesa que este conocimiento se transfiera a empresas para el desarrollo de aplicaciones biotecnológicas”, sostiene. Y añade que de ser exitoso en maíz, “esta tecnología podría también ser utilizada en otros cultivos de gran volumen a nivel mundial”.
En el mediano plazo, en tanto, prevén que otras investigaciones que hoy están en desarrollo, “sigan el mismo camino y contribuyan a una agricultura más sustentable, idealmente trabajando con empresas chilenas que se interesen por el desarrollo tecnológico”, concluye.