Las metas: liderar el mercado tecnológico, aumentar la rentabilidad y transformarse en una empresa con sentido y foco en las personas.
La consultora multinacional de Tecnologías de la Información (TI) presente en 12 países, se encuentra en un proceso de transformación interna en Chile. Un proceso que busca potenciar las capacidades de su equipo humano; el liderazgo; nuevos negocios, y mejorar su quehacer en un nuevo escenario donde la sociedad está alzando la voz y cambiando rápidamente, explica Mauricio Ríos, gerente general de la compañía ligada a la japonesa NTT Data.
"Para una empresa de servicios como nosotros, su mayor activo es el conocimiento. Y en ese marco, teníamos que ser conscientes de que el escenario está cambiando y modificando los negocios, hay que adaptarse para no morir. Nuestra elección fue el capitalismo consciente, ya que la única forma de ser sustentable en el tiempo era colocando a la persona en el centro del negocio y humanizar la empresa. Es simple contarlo, pero ponerlo en acción es complicado, las personas tienen que conectarse más allá de la transacción, y que les haga sentido levantarse todas las mañanas para dar ese extra más", comenta el ejecutivo de la firma, sobre el proceso que están implementando desde hace poco más de un año y cuyos resultados esperan ver en 2015.
Para lograr este objetivo, se involucró a todos los trabajadores desde la base hasta la alta gerencia, en un proceso de reflexión para construir un propósito que los movilizara: "convertir oportunidades en realidades". Bajo ese paraguas establecieron cuatro ejes: el primero, apoyar, con los activos globales de Everis, la sensorización de Santiago en pos de una ciudad más inteligente. "Se habla de Internet de las Cosas y Big Data, pero proyectos concretos hay pocos. Queremos tener una posición líder con nuestras soluciones", asevera.
El segundo eje consiste en crear un hub tecnológico en Temuco (IX Región), donde ya tienen una fábrica de software donde trabajan 400 personas. La incorporación de un data center les permitirá contar con servicio de infraestructura para software, que antes les proveía un partner. "Es una nueva línea de negocio con valor social. Quizás, antes, lo habríamos hecho en Quilicura, pero no generaría valor para nosotros y el entorno. Nos importa dar trabajo a una región que hoy se conoce más por otras cosas que por este tipo de iniciativas", comenta.
Además, -como tercer eje- integraron el concepto de Liderazgo Consciente, para que el capital humano tome autónomamente decisiones complejas y lidere proyectos innovadores. "Cuando decimos que hay que tener capacidad de transformar, el líder tiene que cuestionarse todos los días cómo hacer las cosas mejor y provocar cambios. Para tapar los hoyos en la Alameda hay muchos contratistas, pero para hacer un túnel en el cerro San Cristóbal y una nueva autopista se necesita de mucha ambición", acota.
Y finalmente, el cuarto eje es la cultura de la empresa, en la que ya venían trabajando. Para ello han realizado una serie de cambios en sus políticas internas: por ejemplo, los sueldos de los consultores son transparentes y se establecen por bandas salariales y no están sujetos a control de horario, y por otro lado, la empresa paga las licencias por tres días a todos los empleados.
También cambiaron el mapa de stakeholders. "La visión tradicional sería lograr la maximización de la utilidad para los inversionistas, pero nos quedamos cortos, pues qué hago con aquellas personas que tienen capacidad emprendedora, interés social, la sociedad civil, la familia de los empleados o las universidades. Por eso, los hemos agregado para ver cómo podemos aportarles", explica. Se trata de cambios necesarios -acota- por la irrupción al mundo laboral de nuevas generaciones (como los "millennials"), que buscan trabajo no sólo para ganar un buen sueldo, sino para tener un sentido en la vida.
Al final, explica Ríos, todo se vuelve un círculo virtuoso. "Un empleado contento es más productivo, innovador y con la camiseta puesta. Y eso hace que tengamos clientes satisfechos".
Receta: convencer al equipo
Ríos revela que el camino no ha sido fácil. Empoderar e insertar este nuevo chip ha sido una tarea ardua. "Hay que convencer al equipo completo, ya que el líder por si sólo no provoca ningún cambio", señala.
Considera importante, además, no imponerse metas y resultados a corto plazo. "Los cambios no se pueden imponer rápido, se requiere de mucha conversación, talleres, dinámicas colectivas o reflexión de grupo. Si se buscan resultados a corto plazo, mejor que las empresas no se metan en esto y hagan sólo re-ingeniería de procesos, eficiencia operativa, etc", expresa.
Hacia adelante ve un camino auspicioso. "Queremos ser la empresa número uno en consultoría tecnológica en tres años, mejorar nuestra eficiencia productiva en diez puntos para seguir creciendo. Cuando se genera un entorno mejor, las personas tienen una mayor motivación para dar lo mejor de si", finaliza.