Por Alejandra Clavería
Más de 900 mil litros diarios de residuos industriales líquidos generados por el sector quesero podrán convertirse en biogás y luego en electricidad, una vez que la filial de Schwager Energy, Lácteos & Energía (L&E), ponga en funcionamiento dos nuevas plantas procesadoras de estos desechos.
Las instalaciones, ubicadas en Puerto Octay y Osorno, en la X Región, y que estarán operativas en los próximos meses, se sumarán así a la planta de Purranque, inaugurada en 2011, y que hoy procesa 400 mil litros diarios de riles para producir 50 m3 de biogás por hora.
De esta forma, los residuos líquidos de esta industria, conformados principalmente por aguas de lavado de equipos, vertidos de suero y lactosa, podrán ser aprovechados evitando su derrame en esteros, ríos o piscinas informales.
“Actualmente estamos en proceso de comenzar a convertir el biogás en electricidad en nuestra planta de Purranque y una vez que las otras dos plantas estén operativas, podremos producir 350 m3 de biogás por hora y generar alrededor de 1,5 Mw/h de electricidad para consumo propio, ahorrando un 100% de energía”, dice Renzo Antognioli, gerente general de Schwager Energy y presidente del L&E, que entre 2011 y 2013 ha invertido más de
US$ 2 millones en implementar estas iniciativas.
Según cifras del INE, el 42% del suero generado en la fabricación de quesos por la industria láctea menor, no es destinado al autoconsumo, por ello, Antognioli cree que este tipo de desarrollos permiten resolver la problemática ambiental del sector quesero en el sur del país.
“El suero, por ejemplo, es muy rico en lactosa, que a su vez es muy contaminante porque está llena de azúcar, pero es una tremenda fuente de energía que podría ayudar a abastecer la producción individual de una quesería”, afirma el ejecutivo.
Proteína
En la planta de Purranque se encuenta además la fábrica deshidratadora de los sueros de la leche, que recibe estos residuos y los divide en proteína y lactosa.
“La lactosa, junto con los riles, se va a la planta de biogás y la proteína se deshidrata y se vende como concentrado de proteína para la industria de alimentos”, explica el ejecutivo.
Este año, la firma ha destinado unos US$ 4 millones a ampliar esas instalaciones y hacer crecer este negocio. También evalúa expandirse tanto a regiones como a otros países. “Estamos en conversaciones con empresas de Brasil que nos han visitado para conocer de cerca nuestro modelo”, dice Antognioli.