Según cifras de la Asociación de Recauchadores y Renovadores de Neumáticos de Chile (Arnec), en nuestro país se desechan a diario más de 120 toneladas de neumáticos. De éstos, el 90% termina en rellenos sanitarios o lugares desconocidos, y sólo 900 unidades (27 mil mensuales) son sometidas a procesos industriales para ser renovadas y reutilizadas.
La entidad, constituida a fines de 2012 con el objetivo de impulsar competitivamente el desarrollo de más plantas de recauchaje en nuestro país, está apostando por aumentar esa cantidad y estar a la par con países desarrollados, en donde por cada neumático nuevo hay uno recauchado. Para ello, están en conversaciones con los ministerios de Medio Ambiente y Transportes, a fin de promover la creación de normativas que permitan regular esta industria, elevando sus estándares mínimos de calidad y seguridad.
La idea, explica Darío Andreani, presidente de Arnec -que hoy representa el 40% del mercado local-, es “que se creen políticas públicas que incentiven el mercado del recauchaje, por ser el primer paso en el reciclaje de neumáticos”.
Para María Ignacia Benítez, ministra de Medio Ambiente, este sector cumple actualmente un rol importante en la reutilización de neumáticos, ya que extiende su vida útil y permite disminuir la generación de residuos, objetivo en línea con el proyecto de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Lo primordial, agrega, es “resguardar que no representen riesgos de seguridad”.
Pero además de retardar su disposición final, el recauchaje de neumáticos reduce la contaminación ya que con esta actividad se dejan de emitir alrededor de tres mil toneladas de CO2 al año.
“Un neumático nuevo se fabrica con 22 galones de petróleo y uno recauchado con sólo siete, causando un menor impacto ambiental”, comenta Andreani.