El 2023 comienza con un mejor panorama para las empresas en lo que respecta a los ingresos y utilidades, pero de todas formas ven riesgos como el escenario político. Macarena Navarrete, socia principal de EY asegura que este tipo de situaciones genera incertidumbre a la hora de realizar inversiones.
De todas formas, indica que el tema de la nueva Constitución parece ir quedando atrás como preocupación de los ejecutivos encuestados.
-Las expectativas de utilidades y de ingresos son menos pesimistas que en la última encuesta. ¿A qué se debe esto?
-El primer semestre del año pasado las empresas comenzaron a interiorizar la profundidad del complejo escenario que un 2021 sobrecalentado dejó. Asimismo, a principios del año pasado el escenario internacional también se complicó con aspectos como la guerra entre Rusia y Ucrania, y la inflación que golpeó a Chile y a nuestros socios comerciales. Desde entonces las compañías ya han incorporado las perspectivas menos favorables y han comenzado a realizar ajustes internos para enfrentar de mejor manera los próximos meses. Además, ya se han comenzado a conocer estimaciones con respecto a que durante el 2023 la inflación va a bajar de forma significativa.
-También hay una mejora en las expectativas para el presupuesto de las empresas ¿Es una situación similar a la de utilidades e ingresos?
-Algo similar ocurre con las expectativas para enfrentar una caída en el dinamismo económico y uno de los caminos que ven, de acuerdo con los propios encuestados, es el control de costos, especialmente, en un año en que todavía la inflación será un problema. Ya hemos visto cómo este aspecto se está reflejando en los indicadores laborales de los últimos meses.
-El impacto del ambiente o escenario político local es negativo o muy negativo para las empresas. ¿Cómo esta sensación puede afectar las inversiones? ¿El nuevo proceso constituyente influirá también?
-Las compañías necesitan un ambiente con riesgos acotados y que les dé certezas para invertir y aumentar su contratación. Aspectos como la incertidumbre política suelen ser vistos con cautela por las empresas. De hecho, al ser consultados por los principales riesgos que perciben para este año, los encuestados apuntan en segundo y tercer lugar a los riesgos de cambios regulatorios y la incertidumbre política, siendo el primero la contracción económica. Sin embargo, a diferencia de la encuesta realizada hace un año, pocos participantes mencionan explícitamente la nueva Constitución, algo que sí hacen con las reformas y nuevas regulaciones propuestas.
-Una mayor cantidad de empresas ven impacto en sus negocios por el escenario internacional y la economía global. ¿A qué se debe esta mayor preocupación por los factores externos?
-La economía mundial es una preocupación para las empresas en la medida en que los mercados internacionales siguen luchando contra la inflación, con los efectos de la guerra de Rusia y Ucrania, y los problemas derivados de las cadenas logísticas. Los organismos internacionales esperan que la actividad global se desacelere este año y aunque repuntará el próximo, una demanda internacional débil de nuestros socios comerciales en los próximos meses complica a las empresas chilenas que están muy abiertas a la economía global.
-¿Cómo está afectando a las empresas el tema de la seguridad pública?
-Cuando consultamos por los principales riesgos para las empresas en 2023, muchos encuestados apuntaron a la seguridad pública, afirmando estar preocupados por sus trabajadores, clientes y en general, por el clima país. La sensación de inseguridad desalienta las inversiones y el consumo, lo que se suma a las medidas adicionales que tienen que tomar los negocios para enfrentar los posibles daños materiales y mejorar la seguridad, en un contexto donde se busca reducir costos para lograr enfrentar la desaceleración económica.
-¿Comienza a quedar atrás el tipo de cambio como un efecto negativo en las empresas y aparecen otros como condiciones de crédito?
-Efectivamente, el impacto negativo esperado del tipo de cambio se suaviza considerablemente en esta versión de la encuesta, pasando de 66% en julio 2021 a 46% en diciembre y enero de este año. Pero la volatilidad de este aspecto se evidencia en que hace un año aún eran menos, 26%, quienes veían la relación peso /dólar como negativa o muy negativa para sus empresas.
Por otro lado, el encarecimiento y restricciones de las condiciones de crédito es un problema que el 71% de los encuestados prevé tendrá un efecto negativo para sus negocios. La cifra es similar a la de hace seis meses, pero muy superior a la de un año atrás, cuando solo el 25% consideraba esto mismo.