Los cerca de US$ 890 millones que la Overseas Private Invesment Corporation (OPIC), institución financiera de desarrollo del gobierno de Estados Unidos, entregó entre 2013 y 2014 para financiar parte de cinco plantas solares y el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo en Chile, están en la mira de las autoridades del país del norte.
La Oficina del Inspector General de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (OIG-USAID) abrió una auditoría que involucra a estas y otras operaciones de financiamiento autorizadas por la entidad, según informó ayer Reuters.
La indagación surgió a raíz de los problemas financieros que atraviesan al menos tres de los proyectos solares, así como las complejidades que enfrenta la iniciativa controlada por AES Gener y que la llevaron a inicios de este año a renegociar sus créditos con todas las entidades involucradas, a las que se suman otros dos organismos multilaterales y un consorcio de bancos chilenos y extranjeros.
La OPIC entregó US$ 250 millones a este proyecto. “Los auditores tuvieron la oportunidad de ver las obras, acceso a material documental y los elementos que (...) muestran un balance positivo”, dijo AES a la agencia.
Fuentes consultadas dieron cuenta de que estas situaciones podrían derivar en que la OPIC pudiera perder del orden de US$ 160 millones a US$ 240 millones.
La investigación comenzó en 2016 y surge luego que tres de proyectos comenzaran a reestructurar su deuda, lo que según reconoció la misma OPIC, ya generó modificaciones al cronograma original de pagos.
Según detalló la OIG a la agencia, la investigación inspeccionará “los factores que la OPIC utilizó para evaluar y aprobar sus proyectos energéticos en Chile”, entre otras cosas. Este proceso finalizaría hacia fines de este año.
Entre 2013 y 2014, la OPIC destinó cerca de US$ 2.500 millones a 32 proyectos en toda América Latina, un tercio de ellos correspondientes a iniciativas por desarrollar en Chile.
De las cinco plantas solares, tres de ellas: Salvador, ligada a la empresa Etrion; Luz del Norte, de la compañía First Solar, y San Andrés de la estadounidense SunEdison, enfrentan problemas financieros de los cuales se conoce desde mediados de 2016.
Estas tres iniciativas recibieron US$ 711 millones de parte de OPIC.
Según la revisión de varios bancos comerciales al financiamiento de los proyectos arrojó que el esquema de precios con los que estos fueron estructurados era demasiado riesgoso.
Fuentes del mercado, ponen la luz de alerta respecto de que esta situación pudiera hacerse extensiva a los proyectos que se adjudicaron contratos en la licitación para clientes regulados de agosto de 2016, donde las ofertas fueron tan bajas, que incluso marcaron récord mundiales. Esto podría complicar el desarrollo futuro de esos proyectos, cuyos contratos entran en vigencia a partir de 2021.
La suiza Etrion aseguró que alcanzó un acuerdo de reestructuración con la OPIC que incluye posponer los reembolsos por un año, y contempla la posibilidad de nuevos atrasos.
En tanto, el proyecto Luz del Norte, propiedad de First Solar; y San Andrés, ahora propiedad de Ameris Capital, también están reestructurando sus deudas, según Reuters.