Sindicatos de Unilever presentan petitorio para enfrentar plan de salida por el cierre de la fábrica

El reciente anuncio de la multinacional Unilever de cesar su producción en el país de productos de limpieza y de terminar del proceso de envasado de té por "serios problemas de competitividad" llevando al cierre de su tradicional planta en Quinta Normal, sigue teniendo repercusiones a nivel laboral.

En reacción a esta medida, sindicatos de la compañía han presentado una serie de petitorios que estarían siendo analizados por la sociedad. "Solicitamos garantías e indemnización por sobre nuestro contrato colectivo para que las personas que queden desempleadas puedan sobrevivir por lo menos un año. No tenemos ninguna certeza de lo que nos respondan, pero ahí veremos si son una empresa responsable socialmente", señaló el presidente del Sindicato Nacional N°1 de Trabajadores de Unilever, Claudio Urrutia, organización que sostuvo una reunión con representantes de la firma el viernes pasado en el marco de una mesa de trabajo.

Lo anterior, dice el dirigente sindical, lo piden en un contexto donde 270 trabajadores quedaran sin trabajo desde el 3 de octubre, fecha en que la firma abandonará su producción.

Urrutia indicó que ninguno de los empleados de la multinacional esperaba un ajuesta de esta magnitud. "Estamos viviendo muy malos momentos", señaló.

También el sindicato N°4 de Lipton tomó la iniciativa de diseñar un petitorio para afrontar la crisis. El presidente de esa organización, Luis Sepúlveda, explicó que en la carta enviada a Unilever pidieron que ésta garantice un monto que les permita subsistir un año sin trabajo, extender la seguridad social por seis meses y capacitaciones para reinserción laboral.

De todos modos, Unilever ya había hecho público su intención de trabajar en un "plan de salida" para los empleados que serán despedidos.

Cabe recordar que la multinacional venía reduciendo su presencia en Chile hace meses. En junio vendió todos los activos necesarios para la elaboración, fabricación y comercialización de helados, así como las marcas Bresler y Melevi.

Punto de inflexión

Respecto de la forma cómo la multinacional les dio a conocer su plan en Chile, Urrutia señala que se reunieron con el director de recursos humanos de Unilever el 3 de septiembre pasado quien, sin más preámbulos, les dijo que cerrarían la tradicional planta de Carrascal. "Cientos personas quedarán sin trabajo en plena pandemia y avisaron con 30 días de antelación, que es el mínimo legal. Están destruyendo el sindicato más antiguo de la industria con 91 años de historia y un patrimonio de $ 1.000 millones. Nadie lo vio venir", dijo.

También recordó que a inicios de 2019 la multinacional informó a los empleados del centro de distribución de Lampa -en su primer día de trabajo- el despido de más de 150 trabajadores, lo que había sido motivado por externalización de faena.

A raíz de ello, el sindicato presentó una denuncia contra Unilever ante la OCDE, por no avisar previamente a las organizaciones sindicales, lo que motivó que las partes acordaran una serie de medidas para enmendar la relación, lo que según Urrutia se perderían tras la reciente noticia.

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