Gerente general Camanchaca: “La actividad productiva está amenazada con caer 50% producto del cordón sanitario”
Ejecutivo de la pesquera evalúa la situación actual en Chiloé. Asegura que, al no poder ingresar camiones a la isla, el escenario productivo se vuelve más complejo, advirtiendo efectos en los puestos de trabajo.
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La industria pesquera no ha quedado exenta de los efectos del Covid-19. Todas y cada una de las empresas de este rubro han tenido que modificar sus sistemas de trabajo y adecuarse al actual escenario de pandemia. Pero, las plantas ubicadas en Chiloé, son sin duda las que más consecuencias se han llevado tras el inicio de la crisis sanitaria.
La semana pasada el gobierno decretó cordón sanitario para la zona, medida que calmó los ánimos de la comunidad local, quienes por semanas exigieron el cierre total de la isla y medidas más estrictas para la entrada y salida de camiones pesqueros. Si bien algunos aplaudieron esta medida, desde esta industria no están muy contentos.
Ricardo García, gerente general de Camanchaca, advierte la imposibilidad de ingresar a Chiloé con camiones que transportan insumos de producción críticos, y la salida de otros con producto terminado, y que se dirigen a los mercados compradores o a frigoríficos para su guarda.
Este panorama, según dice, está amenazando fuertemente a la industria. "Sin transporte terrestre la actividad productiva está amenazada con caer 50%, y es más grave aún para los pequeños y medianos productores que entregan sus productos a plantas procesadoras. Lo absurdo de esto es que el transporte a través del canal Chacao también es por vía marítima, por lo que se produce una discriminación irracional al transporte terrestre dentro de la isla."
Desde la implementación del cordón sanitario no se ha podido restablecer el tránsito de los camiones que son esenciales para las operaciones, por la llegada de insumos, despacho de productos terminados y disposición de residuos orgánicos propios de las operaciones acuícolas. Por lo mismo, desde Camanchaca se vieron en la obligación de detener completamente los procesos productivos, así como las cosechas en los centros de cultivos de choritos de Chiloé.
Sobre esto, García advierte que la pérdida actual de estas cosechas "tendrá su espejo en la pérdida de actividad productiva directa e indirecta para los proveedores, y por supuesto, de empleo de personas", concluyó.