La "primavera chilena". Así bautizó el presidente de Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), Enrique Espinosa, a la convulsión social que sufre nuestro país, indicando que las causas de la crisis iniciada el 18 de octubre van mucho más allá del alza de $30 en el pasaje del metro de Santiago.
"¿En serio creen que un país como Chile se pone entero de cabeza sólo por un alza de pasajes de metro?", señala en una extensa carta el presidente del gremio, quien llama a analizar estos hechos para sacar lecciones válidas para el realidad de Perú y sus estrategias de desarrollo.
"Para nosotros, lo que está sucediendo en Chile debe ser una oportunidad, pues nuestro país viene detrás en muchos de los fenómenos económicos, políticos y sociales que allá suceden y que, al cabo de unos años, se repiten de alguna manera en Perú", señala el dirigente empresarial, quien compara el escenario de agitación en las principales ciudades chilenas con el proceso ocurrido en los países árabes en 2010 caracterizado por la movilización espontánea de millones de personas indignadas por el sistema en el que vivían.
Espinosa afirma que no obstante los chilenos desarrollaron la economía más sólida de la región en las últimas décadas, al mismo tiempo se ubicó entre las más desiguales. "Hace poco algunos directores de Capeco fuimos a Santiago a la feria de construcción. Pudimos conocer de primera mano una ciudad que parece Canadá o Europa, moderna, limpia, alucinante, envidiable. Pero esa ciudad a la que fuimos es la mitad no más, la otra mitad es muy distinta", explica.
"Aprendamos las lecciones señores, la gente no es feliz porque tiene TV Led de 50 pulgadas o zapatillas Nike de último modelo. Las personas tienen ilusiones y sueños", postula Enrique Espinosa.
Sobre la actuación del gobierno chileno en esta crisis, Espinosa califica su manejo como "lamentable", y entre sus críticas cuestiona que siga adelante con la realización de la Apec y la COP 25. Mientras respecto del primero de estos encuentros mundiales sostiene que la decisión más sensata sería su cancelación ante las posibles complicaciones para realizar las actividades programadas, Espinosa advierte sobre la cumbre contra el cambio climático que "puede ser peor, pues a esos eventos van protestantes profesionales como los Greenpeace".