Inmigrantes impulsan el 60% del aumento del déficit habitacional en el país
Informe muestra cómo ha ido evolucionando el problema, pero aún no es posible determinar si esto se convertirá en tendencia para el largo plazo.
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La inmigración se está convirtiendo en el principal catalizador del crecimiento del déficit habitacional en el país. Así se desprende del estudio Aumento del déficit habitacional: Nuevos desafíos de política pública, elaborado por Libertad y Desarrollo.
En base a un análisis de datos obtenidos en la encuesta Casen 2017 y que toma como muestra a los hogares pertenecientes al 60% de menores ingresos de la población, se determinó que el 59,6% del incremento de la falta de vivienda en el último registro, se explica justamente por núcleos de extranjeros que están viviendo el país. Si el alza global fue de 34.759 unidades, los extranjeros fueron 20.718, dice el estudio.
Aunque hay diferencias con otros organismos -como el Ministerio de Desarrollo Social o la Cámara Chilena de la Construcción- respecto del número final que incluye el déficit habitacional, LyD lo estima en 446.889 viviendas.
De ellos, los inmigrantes pasaron de representar 9.276 viviendas en 2009 a 52.056 en el último registro de 2017, 11,6% del total, lo que da cuenta del peso que están tomando los extranjeros en este problema.
Por contrapartida, aunque mayoritaria, la falta de vivienda de chilenos ha ido disminuyendo desde 509.117 a 394.833 viviendas.
La coordinadora del programa social LyD, María Paz Arzola, dice que este es un fenómeno nuevo, que se explica principalmente por el aumento del allegamiento externo (dos o más hogares allegados comparten domicilio), al que a su vez contribuyeron fuertemente la ola migratoria y un menor crecimiento económico del país.
Entre 2006 y 2017 los nacidos fuera de Chile pasaron de ser el 1% al 4,4% del total de la población, lo que equivale a la llegada de 622.764 inmigrantes más.
Además, si antes las personas de origen peruano eran mayoritarias, en el último registro los venezolanos tomaron la delantera, con 24,2% del total.
Arzola explica que el grupo inmigrante ha sido clave en el alza observada, toda vez que si se lo excluye del análisis en el período 2015-2017, el incremento en el déficit nacional no sería tan notorio, pasando de 380.792 a 394.833 viviendas.
Del déficit total que tienen los inmigrantes, la mayor parte se da por núcleos u hogares de allegados, una parte menos por tener viviendas irrecuperables (2.656) y otra sección relevante es que requieren ampliar el lugar que habitan (16.970).
Avanzar en soluciones
“La pregunta acá es si se trata de un fenómeno temporal o de una característica propia de los procesos migratorios, que requieren de un mayor tiempo para poder asentarse”, plantea Arzola frente a la posibilidad de hacer una proyección del déficit.
A su juicio, dentro de las acciones que está llevando adelante el gobierno, la política migratoria para ordenar y regularizar el proceso, es de las que más cobra relevancia actualmente.
Sumado a eso, dice, la iniciativa del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) para disminuir el número de campamentos que hay en el país, es acertada, toda vez que “ pone el foco donde están las mayores carencias”, así como el aumento de subsidios y el proyecto de ley de integración social, que permitirá densificar en ejes de transporte.
Eso sí, concluye la investigadora, “aún se requiere comprender cuáles son las causas de este fenómeno, si se relacionan a las características de la oferta habitacional o si tienen más bien que ver con factores asociados a la demanda, es decir, con las necesidades y condiciones de los hogares”.