Llueve sobre mojado en la que fuera principal aseguradora de Estados
Unidos, AIG. Después de tener que ser rescatada por el Estado en dos
ocasiones, la compañía ha solicitado más ayuda pública para poder hacer
frente a las previsiones de US$60.000 millones en pérdidas para
el cuarto trimestre de 2008, las más altas de toda su historia.
Así lo aseguró la cadena de televisión CNBC, que cita a una fuente
cercana a la compañía. Según esta información, AIG registrará US$ 60.000
millones en pérdidas, números
rojos muy superiores a los US$ 24.500 millones que registró en su anterior
trimestre de 2008. En aquel momento, el Estado norteamericano inyectó
otros US$ 150.000 millones en su balance para evitar su colapso.
Las cifras no serán oficiales hasta el próximo lunes, fecha en la
que la aseguradora dará a conocer al mercado sus cuentas relativas al
cuarto trimestre. Esta cifra de pérdidas históricas llevaría al gobierno estadounidense a tener que aportar más liquidez de AIG, de la
cual posee más del 80% de su capital.
Negociaciones
Directivos de la empresa estadounidense mantienen negociaciones con
representantes gubernamentales para que AIG acceda a más financiación
suplementaria a cambio de saldar su deuda, comercializaron con su
capital. No obstante, se manejan otras opciones por si las
conversaciones no llegan a buen puerto.
A tenor de la información que ha publicado la CNBC, las pérdidas
históricas estarían provocadas por la reducción de capital en bienes
comerciales y otros activos. Además, la cadena ha desvelado que si no
se alcanza un acuerdo, los abogados de la aseguradora podrían tener
preparado un anuncio de bancarrota. Esta última afirmación ha sido
desmentida.
La situación crítica de la compañía de seguros tiene lugar en un
momento en el que la banca estadounidense parece abocada a la
nacionalización temporal para evitar el derrumbe del sistema
financiero. Sin embargo, el Gobierno y las instituciones han asegurado
que la mejor forma de salvar el sistema es mantener bajo gestión
privada a aquellas entidades fuertes y solventes, descartando una
posible nacionalización.
Entre las señaladas por sus problemas crediticios y posible
candidata a caer en la nacionalización es Citigroup. En los últimos
días, numerosas informaciones apuntaban a que el Gobierno tomaría el
control total de la entidad. Aún así, es todavía posible que una
negociación entre ambas partes lo evite.