Maya Fernández: La nieta de Allende que desafía a Elizalde en el Partido Socialista

Aunque regresó a vivir a Chile -país que dejó a los 2 años- en 1992, aún conserva un suave acento cubano y el entusiasmo por la salsa. La diputada Maya Fernández Allende (47), hija de Beatriz y sobrina de la senadora Isabel, es la figura en la que la oposición socialista cifró todas sus esperanzas para arrebatarle la presidencia del partido al senador Álvaro Elizalde. El entusiasmo en torno a su candidatura se siente en la colectividad, al punto que figuras que se habían mantenido por años en una muy tercera fila, dejaron su cuasi retiro para apoyarla, como es el caso de Germán Correa y José Antonio Viera Gallo.

Heredera de una estirpe simbólica dentro del PS, la diputada parece ignorarlo y se mueve con humildad entre sus pares, incluso con destellos de timidez. En su labor cotidiana en el Congreso, a diferencia de la mayoría, Maya Fernández rehúye las cámaras y los micrófonos. Por eso sorprendió la designación del partido para que ocupara la presidencia de la Cámara de Diputados, cuya gestión terminó en marzo de este año. Según algunos eso se debió a que el apellido tiene “un peso específico” en el PS. Para otros –que en su minuto conocieron las negociaciones de la oposición para respaldar los nombres-, el Frente Amplio comprometió sus votos si ella era la candidata.

Estilo Bachelet

En el entorno de la legisladora –que llegó a la Cámara en 2014- relatan que no fue fácil convencerla para asumir el desafío de competir por la presidencia de su colectividad y que en ello cumplió un rol destacado el exsubsecretario Mahmud Aleuy, coordinador de la lista. Dicen que la diputada lo respeta mucho y lo escucha.

Su carácter dulce y sonrisa fácil “la hacen querible”, comenta un amigo que comparte mucho tiempo con la diputada, que en la elección interna deberá enfrentar a su tía Isabel, con quien es muy cercana, ya que la senadora integra la opción de Elizalde. Con su buen carácter y convicción política, la veterinaria y bióloga de la Universidad de Chile, ha logrado cuadrar tras su postulación a toda la oposición a Elizalde en el PS, por lo que existen expectativas de que pueda quedarse con la presidencia.

Incluso quienes la conocen hace mucho tiempo no escatiman en atribuirle “un liderazgo al estilo Bachelet”.

La parte del trabajo legislativo que más le agrada a la diputada por el Distrito 10 es hacer terreno, juntarse con la gente y compartir sus preocupaciones y sueños. Madre de un niño y una niña que lleva el nombre de su madre, como una forma de homenajearla, y con un marido psicólogo -que es su jefe de campaña-, Fernández trata de compatibilizar su tiempo entre la política y su familia.

Cuando no está trabajando, disfruta de la salsa, la música romántica y, por sobre todo, ver televisión en familia. Con eso se desconecta por completo. Y debe ser una de las escasas parlamentarias que vive en la comuna que representa (Ñuñoa), desde que volvió a Chile a estudiar en la universidad. Allí es una asidua visitante de uno de los locales más tradicionales de Plaza Ñuñoa: Las Lanzas.

La “cubanía”

Estando en su segundo período en la Cámara de Diputados, Maya Fernández ya se desplaza con más comodidad por su pasillos. Cuando recién llegó la incomodaba un poco tanta formalidad. Y se relaciona con sus pares de todos los sectores con igual amabilidad.

En general ellos la molestan por su “cubanía”, ya que aún conserva los modismos cubanos, que se han mantenido, entre otras cosas, porque vuelve a la isla todos los veranos. Pese a que en 2016 falleció su padre, el funcionario diplomático cubano, Luis Fernández Oña, y su hermano Alejandro vive en Nueva Zelanda.

La diputada rehúye las discusiones, “cuando se enoja le dura poco” y “es muy estudiosa y matea”. Si bien entre sus pares tiene regalones, como su compañero de bancada Manuel Monsalve a quien llama “mi diputado favorito”; también tiene buena relación con representantes del oficialismo como el RN Cristóbal Urruticoechea, el Evópoli Francisco Undurraga y el UDI Jaime Bellolio. Lo mismo que con las diputadas RN Marcela Sabat y UDI Pepa Hoffmann.

Tal vez con estas últimas comparta su agenda feminista a la que le dio especial impulso desde la presidencia de la Cámara, dejando como legado de su gestión iniciativas tales como “El Protocolo de Acoso Sexiual” y la Comisión Permanente de Mujer y Equidad de Género.