Cómo se reordena ChileVamos de cara a los próximos desafíos electorales y legislativos
Cientistas políticos y parlamentarios analizan el actual escenario en el oficialismo y qué hacer para enfrentar los próximos dos años de gobierno.
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El tiempo vuela. Y a poco andar del 2020 nuestro país va a estar inundado de las más diversas campañas electorales: municipales, de gobernadores y, si gana la opción "si" para la redacción de una nueva Constitución, de delegados a la convención del tipo que se defina por los votantes.
En este contexto, la coalición gobernante, y cada uno de sus partidos, está desafiada a permanecer en La Moneda, pero para ello necesita un buen resultado en los comicios de 2020. Pero también está obligada a seguir siendo el sostén del gobierno e intentando sacar adelante las iniciativas que se promuevan desde el Ejecutivo. Cómo lo hará en la compleja situación en que está. No está claro. Lo que sí está es que el conglomerado oficialista tiene más incentivo a la unidad que a la dispersión.
En eso coinciden expertos, dirigentes y representantes del sector. En este sentido, el cientista político Cristóbal Bellolio adelanta que el primer desafío de la derecha es convertir una derrota en un triunfo, porque nadie en el sector tenía pensado, originalmente, la elaboración de una nueva Constitución, por lo que "es evidente que estamos en este proceso porque algo no ocurrió como la derecha quería". Ello, porque, indica el experto, "le arrancaron esta decisión a contrapelo, entonces para los sectores que apoyan el proceso constituyente es un desafío elaborar un discurso que permita explicar por qué esto no es una derrota".
Por otra parte, añade, el oficialismo tiene más incentivos para la unidad que para tomar caminos propios. Aun así están por verse los efectos del plebiscito de abril que es la primera división significativa que van a tener". Lo anterior viene porque van a aparecer en franjas paralelas, "siendo que en pocos meses, en teoría, todavía van a integrar la misma lista" de cara a las municipales de octubre del 2020.
"Entonces la pregunta es cómo tiene un tendón lo suficientemente flexible, que no se rompa, que aguante las discrepancias en abril, pero no deje heridas lo suficientemente profundas como para que no se puedan volver a juntar en octubre", plantea Bellolio, inquietud que, sin duda comparten, los dirigentes del sector.
Según el analista, por una cuestión histórica, generacional, cultural e ideológica, Chile Vamos debe estar unida, ya que "la derecha chilena no es tan diversa tampoco. De hecho, una de las cosas que le han recriminado a Evópoli en el último tiempo es que incluso no es tan liberal como decían ser", recuerda Bellolio.
Incentivo a la unidad
Lo que sí podría ocurrir, según lo prevé Bellolio, "es que todo el mapa político adquiera una dimensión más cuatro cuartos, en el sentido de que quedarían en ambos extremos (polos) los sectores más duros de cada lado: por el lado de la derecha José Antonio Kast y la UDI y por el la izquierda el PC, Jadue, Sharp y todos los grupos más duros del Frente Amplio; y al medio una derecha que está dispuesta a construir puentes y acuerdos con un ala de la centroizquierda, que podría ser RN y Evópoli; una centroizquierda que también va a estar dispuesta a construir acuerdos, que va desde la DC hasta Boric, pasando por ese mundo que va desde Javiera Parada, Landerretche, Harboe y otros".
Eso no es tan loco, advierte Bellolio que eso ocurra, porque "si nos ponemos a pensar son justamente los momentos políticos más intensos, más tectónicos, más profundos, los que redibujan los mapas".
Sin embargo, advierte que las declaraciones de la timonel de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dejan de manifiesto que al partido no le interesa dejar la coalición, lo que se debe a que está tratando de no cederle a José Antonio Kast esa derecha del rechazo a la nueva Constitución, pero tampoco quiere perder lo logrado siendo partido de gobierno. La suya es, por ahora, una tarjeta amarilla a sus socios, porque sienten que no están siendo tratados como el partido que es. "Por lo visto, la UDI no está planeando aventuras electorales sola", dice Bellolio, quien insta a no olvidar que "con el sistema (electoral) que tenemos actualmente conviene tratar de concentrar todo el poder en una lista, porque el sistema D'hondt lo que hace es bonificar a la mayoría", por lo que "los incentivos están para permanecer unidos".
Lo mismo opina el analista Marco Moreno, aunque con un matiz, que hace unos días puso sobre la mesa el propio timonel de RN, diputado Mario Desbordes, y es que no es descartable mantenerse sólo como un pacto electoral. Lo que se verá en octubre, porque en la municipal es donde se mide el peso real de los partidos. Y a juicio del experto, la coalición va a intentar encapsular las diferencias que surgirán en el proceso electoral de abril por una nueva Constitución.
De hecho, Moreno advierte que "las elecciones municipales general son una especie de evaluación de la gestión del gobierno; por lo tanto, es muy probable que el gobierno sea castigado en esas elecciones, es decir, los alcaldes de derecha pueden estar corriendo peligro. En tal sentido, añade, que si en el plebiscito de abril el NO sobrepasa el 30% y se acerca al 40%, la derecha dura y el electorado más conservador podría alentar a la UDI a buscar el camino propio. Aunque por ahora, insiste y comparte con Bellolio, por un tema doctrinario y sistema electoral la coalición tiene más incentivo a la unidad.
Métodos de resolución de conflictos
En todo caso, desde el ámbito legislativo, el exjefe de bancada de diputados de la UDI Javier Macaya, advierte que "estamos atravesando por el momento institucional más delicado de la historia del país desde el retorno a la democracia y no tengo duda de que hay una labor, de parte de ChileVamos y también muy estructural de parte del gobierno para repensar nuestro programa de gobierno, a partir de los cambios que se han producido a partir del estallido social".
Macaya tiene la convicción de que hay que repensar el programa, para lo cual plantea que es necesario un encuentro programático a realizar durante enero próximo, de manera que los parlamentarios y la coalición en su conjunto coincidan en cuáles serán los desafíos del pacto para los próximos dos años. A su juicio, en ello tiene una labor relevante el comité político de Las Moneda, ya que "tiene que sincerar también cuáles son las expectativas en el marco programático del gobierno, cómo va a variar el programa de gobierno, cuáles son las prioridades en estos meses y pensando que aún queda la mitas del período presidencial", propone.
Pero también –dice- que ChileVamos tiene la obligación de reencontrarse, rearticularse y comenzar a zanjar sus diferencias, mediante" métodos razonables de solución de conflictos", retomado las reuniones periódicas, por ejemplo.
El diputado también desdramatiza el votar diferente al interior de la coalición, pero aclara que es importante sincerarlo y explicarlo adecuadamente; pero sobre todo es enfático en la necesidad de reconocer "cuáles son los mínimos que nos unen" como coalición.
Algo similar señala el jefe de la bancada de RN, Jorge Rathgeb, quien cree que dado que el gobierno no ha tenido ninguna injerencia en los conflictos entre los partidos "no debería haber ninguna dificultad para seguir apoyando la agenda social, económica, que el gobierno pretenda impulsar". Y añade que "no creo que la UDI vaya a tener una actitud distinta" y se fuera así se estaría equivocando, dice.