Por R. Carrasco / A. Chávez G. Cerda
“Se acabó el gallito”, dijo un parlamentario de la Alianza, ayer al término de la ceremonia en que finalmente RN comprometió los votos para apoyar el reajuste de 6% que ofrece el gobierno para reajustar el salario mínimo y que terminaba la tensión producida con la UDI, luego que la tienda dirigida por Carlos Larraín, exigiera insistentemente que el monto se elevara a $ 200.000.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, debió recurrir al apoyo del ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, para lograr consenso entre ambos partidos de la Alianza y el apoyo necesario para destrabar la discusión del reajuste del salario mínimo. Al menos esa fue la imagen que proyectaron al momento de dar a conocer el compromiso del gobierno por enviar un proyecto que establezca un mecanismo técnico que fije cada año, sin presiones políticas, el reajuste.
Hasta la oficina del ministro de Hacienda concurrieron senadores y diputados de RN y la UDI, pero todo fue sonrisas y no hubo más recriminaciones a diferencia de días anteriores en que el gremialismo acusaba de “populistas” a sus socios y desde RN recordaban que fue la tienda de calle Suecia la que primero forzó el paso con su insistente petición al Ejecutivo de modificar el impuesto específico. En esta ocasión, el ministro Larroulet tuvo un rol especial de mediador conversando por separado en su oficina en La Moneda, tanto con el timonel de la UDI, Patricio Melero, como con el presidente de RN, Carlos Larraín, quien se allegó a ceder en parte en sus exigencias de elevar el salario a $ 200 mil, logrando que se estableciera una instancia que en base a parámetros técnicos fije el salario.
El ministro Larraín explicó que la Alianza les propuso y ellos aceptaron que “dentro de 30 días presentemos un proyecto de ley para poder generar una institucionalidad permanente en la discusión del salario mínimo, nos parece que este es el camino que tenemos que seguir. Esto no es un tema facilidad mayor para el gobierno de turno, sino que una ventaja para todos los chilenos y en especial los que tienen menos”.
La propuesta contempla que se consideren variables como la inflación, la productividad laboral y una consideración del ciclo económico para el ajuste del salario mínimo.
Larraín adelantó que “vamos a debatir los detalles, pero también vamos a reunirnos con el mundo académico y conversar esta propuesta con la oposición para recibir los aportes que ellos puedan hacer”.
En este escenario, aun resta saber que sucederá con la oposición, pero es sabido que al igual que el año pasado, no es mucho el margen de acción que tienen los partidos de la Concertación en el Senado, aprobar o abstenerse, donde se verá el oficio de insistencia, porque un nuevo rechazo desde ese sector como ocurrió en la Cámara Baja hace fracasar el proyecto y quedarían expuestos ante la opinión pública como “responsables” de no haber podido reajustar el salario en 2013.
El ministro de Hacienda se atrevió incluso a pronosticar lo que ocurrirá con la fijación del próximo salario si se aprueba el nuevo mecanismo: “Tanto en la UDI como en RN han planteado que con la aplicación de esta fórmula se puede pasar de la barrera de los
$ 200.000 y quiero decir que sí, efectivamente, una vez que tengamos el reajuste de este año dentro de los próximos 12 meses es posible pensar, bajo condiciones normales, que el salario mínimo en 2013 llegaría sobre ese monto, sólo una ecatombe mundial establecería circunstancias distintas”.
El jefe de bancada de los diputados RN, Alberto Cardemil, dio la señal más clara de que van a respaldar tanto en el Senado como en la Cámara Baja lo que finalmente plantee el Ejecutivo. Indicó que “espero que esta solución permanente ayude a destrabar al discusión en el Senado, tenemos una aspiración legítima de llegar a $ 200.000 lo antes posible, ojalá este año”.