Latinoamérica y el Caribe crecerán este año un 3% y lidiarán
mejor con la actual crisis financiera que en ocasiones anteriores, gracias a la
mejora de su estructura macroeconómica, aseguró hoy el Fondo Monetario
Internacional (FMI).
"Se prevé que América Latina y el Caribe lidiarán mejor
con los actuales 'shocks' mundiales que en crisis anteriores, lo cual refleja
el progreso que han hecho muchos países en mejorar su situación macroeconómica
en la última década", dijo en Santiago el subdirector del Departamento
Hemisferio Occidental del FMI, David Robinson.
La economía mundial continúa siendo golpeada por los efectos
drásticos y crecientes de la crisis financiera y la volatilidad de los precios
internacionales de las materias primas, señaló el experto del FMI durante el
seminario "Panorama Económico Regional. Hemisferio Occidental. Otoño
2008", organizado por el Banco Central de Chile.
"En estas circunstancias, las perspectivas son de una
aguda desaceleración de la economía mundial, en la que el ritmo de crecimiento
disminuirá al nivel más bajo desde la recesión de 2001-2002", pronosticó
David Robinson.
El representante del FMI destacó que las autoridades de
distintos países "han aplicado de una manera coordinada, nuevas y
significativas medidas correctivas" que lograrán "estabilizar las
condiciones financieras", aunque los mercados de crédito tardarán en
volver a la normalidad.
En el caso de los Estados Unidos, el FMI prevé que la
recuperación empiece en el segundo semestre de 2009, "y será más gradual
que otras recuperaciones, dado el carácter excepcional del ajuste que están
experimentando los precios de los activos".
"En general, las economías avanzadas crecerán a un
ritmo también cercano a cero, por lo menos hasta mediados de 2009", afirmó
Robinson.
"Para América Latina y el Caribe, la actual turbulencia
mundial aparece enmarcada dentro una confluencia de 'shocks' negativos",
como son la paralización del mercado de crédito mundial, el debilitamiento de
la demanda externa y el descenso de los precios de las materias primas.
"Esto puede repercutir de manera adversa, en círculos
viciosos que afectarían sobre todo a las condiciones financieras",
advirtió el subdirector del Departamento Hemisferio Occidental del FMI.
A pesar de que la región afrontará la situación en mejores
condiciones que en anteriores crisis, "aún pesan muchos riesgos
adversos", principalmente por "las perspectivas de los precios
internacionales de las materias primas".
Si bien permanecen en niveles elevados, los precios podrían
descender aún más como ha sido la experiencia en previas desaceleraciones
mundiales, señaló el economista del FMI.
"Por otro lado, una reducción de los precios de los
alimentos y los combustibles brindaría un ansiado alivio a algunos países, en
particular a los países de bajo ingreso de América Central que importan
materias primas y a muchos países del Caribe", agregó Robinson.
Pero para la región en general, reconoce el FMI, "en
los años recientes, el nivel elevado de los precios de las materias primas ha
sido fundamental para impulsar el crecimiento y afianzar tanto la posición
fiscal como externa".
Por ello, "un brusco descenso adicional incidiría de
manera muy negativa en las posiciones fiscal y externa de la región",
razón por la cual las autoridades de la región permanecen en estado de alerta.
Según el Fondo Monetario Internacional, para América Latina y
el Caribe "es esencial velar por el funcionamiento adecuado y eficiente de
los sistemas financieros".
Esto exige adoptar medidas para contener los riesgos de
liquidez y de calidad de los activos y "algunos países ya han tomado
medidas en este sentido, adquiriendo cuantiosas reservas de divisas que podrían
usarse para hacer frente a 'shocks' excepcionales y transitorios", añadió.
El FMI advirtió de la importancia de mantener la inflación
bajo control y subrayó que los bancos centrales tienen que estar en permanente
comunicación con los mercados para enfrentar los desafíos con las medidas de
política monetaria adecuadas.
Por último, el experto del FMI alertó de que las finanzas
públicas probablemente se verán sometidas a tensiones por la necesidad de
mantener una red de protección social más sólida para los hogares de bajo
ingreso, los que sufrirían las consecuencias de la desaceleración".