Superada la votación del proyecto de reforma laboral en la Sala de la Cámara de Diputados, la comisión mixta será la instancia que finalmente definirá las nuevas modificaciones al Código del Trabajo.
Y si bien la conformación de la instancia parece estar delineada, la Democracia Cristiana (DC) podría abrir un nuevo flanco para insistir en sus demandas más polémicas y resguardar los ajustes conseguidos en el Senado.
Hasta el minuto, habría cuatro integrantes a favor de respetar los cambios negociados en la Cámara Alta: los senadores Andrés Allamand (RN) y Hernán Larraín (UDI), y los diputados Nicolás Monckeberg (RN) y Patricio Melero (UDI). Y, además, otros seis congresistas partidarios de volver al texto aprobado en la Cámara Baja: los senadores Juan Pablo Letelier (PS), Carolina Goic (DC) y Adriana Muñoz (PPD), y los diputados Lautaro Carmona (PC), Patricio Vallespín (DC) y Osvaldo Andrade (PS).
De este último grupo, según trascendió, la presencia de la senadora Goic estaría en duda, ya que su colectividad estaría evaluando opciones de otros representantes, más alineados con los planteamientos del ala más “díscola” de la DC.
De hecho, durante la tramitación del articulado, la también integrante de la comisión de Trabajo del Senado, ha rechazado iniciativas que abran espacio al reemplazo interno, como las “adecuaciones necesarias”, demarcándose del sector de su partido que busca “moderar” el proyecto.
Una de las dificultades que enfrenta la colectividad es que dos de los tres puntos que podrían sufrir un traspié en la comisión mixta son los que defiende la DC.
Algunos parlamentarios, en tanto, descartan una eventual baja de Goic. “No se ha conversado otra cosa. Confío en que ella lleva la voz de la bancada”, dicen. Otros aseguran que “lo que corresponde” es erigir a la senadora en la instancia.
CUT no quiere negociación laboral en la "cocina"
Con cerca de 500 mil trabajadores y actores sociales movilizados a nivel nacional, ayer se realizó el paro convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), tal como fue anunciado en enero tras el décimo Congreso Nacional de la multisindical. Enfatizando que la convocatoria se desplegaba en un contexto de demandas sociales, como avanzar en un nuevo modelo de pensiones, la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, también reforzó que "estamos movilizados, porque la reforma laboral no sea negociada en la cocina, con letra chica, impidiendo la huelga efectiva". En esta línea, advirtió que si se pretenden moderar las reformas habrá un segundo paro en los próximos meses. "Esta es la primera movilización en un camino ascendente para impedir los retrocesos en Chile. No podemos ser cómplices pasivos", agregó.
El vicepresidente de la central, Nolberto Díaz, dijo que "se ha iniciado un camino de movilización, sin retorno".
Según la CUT, materias como la negociación interempresa, subcontratación y huelga pacífica, llegarían a la comisión mixta.