Pese a que había sectores de la Nueva Mayoría que pedían más debate prelegislativo antes de enviar al Congreso el proyecto de educación superior e, incluso, existían diferencias sobre la materia, en el tradicional comité político de ayer los partidos oficialistas coincidieron en que aprobarán la idea de legislar y que en el Parlamento se modificarán los aspectos que sean necesarios.
Pero otro punto relevante desde el punto de vista de los compromisos de campaña de la presidenta Michelle Bachelet quedó meridianamente claro en la cita del lunes: la gratuidad universal sólo llegará hasta el séptimo decil en este gobierno.
Fue el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, el encargado de dar la mala noticia, planteándole derechamente a los asistentes a la reunión de ayer que no hay recursos para aumentar la gratuidad más allá de dicho nivel.
Por su parte, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, quien sostuvo una pequeña reunión privada con Valdés mientras se desarrollaba el comité político, fue categórica en asegurar que con el proyecto de educación “sí se cierra el compromiso de la Presidenta de sacar su reforma adelante, (porque) este es el último gran proyecto que no se había presentado”.
La iniciativa ingresó al Congreso ayer pasadas las 18:00 horas sin informe financiero, el que se preveía para más tarde y que se tramitará sin urgencia.
“Gratuidad con gradualidad”
Ante este difícil panorama, los máximos representantes oficialistas coincidieron en que “aquí lo que hay es gratuidad con gradualidad, no hay gratuidad universal. El país no tiene condiciones financieras para establecer un presupuesto que defina un horizonte preciso”, como sostuvo el timonel radical Ernesto Velasco tras la cita, quien incluso afirmó que “la gratuidad universal es una utopía, es un objetivo que en algún minuto va a poder avanzar, pero que hoy día no es realista”.
En la misma línea, su par del PPD, Gonzalo Navarrete, justificó la iniciativa de educación superior. “Para lo que son los objetivos del gobierno y de equidad, tenemos un muy buen avance con este proyecto”, expuso al tiempo que reconoció la existencia de distintas miradas al interior del pacto respecto a “cuánto (de gratuidad) es posible y en qué tiempo. Es la única diferencia”.
Al igual que su predecesor, admitió que llegar a la gratuidad universal “en el corto plazo es completamente imposible, eso lo sabemos”. Y añadió: “No hay ninguna posibilidad económica ni legislativa de que uno llegue a 100% de gratuidad al final de este período” de gobierno.
Ese sea tal vez el único consenso real que existe en la NM respecto de uno de los proyectos emblemáticos del gobierno. Tanto es así, que el presidente del Senado, el PPD Ricardo Lagos Weber, reconoció que “va a ser un proyecto debatido, tenso, complejo, porque regula cosas complejas y hay un cambio estructural en la forma en que se financia y regula la educación superior en Chile”.
Sin embargo, también expresó su optimismo respecto de que “cuando veamos el proyecto en detalle, lo vayamos conociendo, se van a despejar algunas dudas y, seguramente, se va a requerir un afinamiento y un esfuerzo muy grande para consensuar parte del proyecto”.
De hecho, recalcó que “no me cabe duda que vamos a tener modificaciones, (porque) hay intereses distintos, pero no es posible reconciliar con los recursos que tenemos gratuidad y, al mismo tiempo, fortalecimiento con recursos adicionales, hay que buscar un fórmula, hay que ver si la que trae el proyecto es la adecuada o hay que modificarla”.
Por su parte, el presidente del PC, Guillermo Teillier, recordó que “la gratuidad universal es un compromiso y ese compromiso está vigente. Ahora, cómo se va a hacer, eso se tendrá que discutir”.
gratuidad subirá acorde con ingresos tributarios
El polémico proyecto no establece con total claridad la fórmula de financiamiento que uitilizará el Estado para financiar la gratuidad en la educación superior, aunque una minuta que circula desde el domingo entre parlamentarios y dirigentes de la NM, en términos generales plantea que "hacer realidad esta política significa un enorme esfuerzo fiscal, que sólo es posible llevar adelante de manera paulatina para compatibilizar ésta política con otros requerimientos en materia social. Es por eso que el proyecto define un régimen de cobertura total de la gratuidad al que se avanzará en forma gradual".
Así se explica que en 2016 y 2017 la cobertura de estudiantes se mantendrá hasta el quinto decil. Mientras que paralelamente se incrementará la cobertura horizontal, incorporando a más instituciones de educación superior a la gratuidad, como Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales que cumplan los requisitos. Entre 2018 y 2020 inclusive, la ley ampliará la cobertura hasta el sexto decil.
"A partir de allí, la cobertura de la gratuidad se ampliará según se alcancen ciertos objetivos de carga tributaria, medida como la proporción de los ingresos estructurales del Estado como porcentaje del PIB tendencial", para abarcar así los siguientes decíles, incluyendo el séptimo, según sostiene la minuta.
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