Intensa fue la semana pasada para Ricardo Lagos Weber (PPD). El senador de la comisión de Hacienda alternó las maratónicas negociaciones en torno a las indicaciones por la reforma laboral con la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central, en el cual el instituto emisor volvió a recortar las proyecciones de crecimiento y advirtió que de no recuperarse las confianzas, la actividad podría continuar deteriorándose.
Punto que tiene preocupado a quien el año pasado presidiera la comisión de Hacienda de la Cámara Alta. Lagos Weber plantea que si bien los principales factores detrás de la desaceleración de la economía son externos, es innegable que la discusión de las reformas y los últimos escándalos que han involucrado al mundo político y empresarial también han contribuido al desánimo de empresas y consumidores.
Por lo mismo, hace un fuerte llamado a todos los sectores -gobierno, parlamentarios y empresarios- a dejar atrás el pesimismo y comenzar a retomar la senda de crecimiento, objetivo que debe partir por una señal clara del Ejecutivo: explicitar que no todas las reformas se podrán hacer durante esta administración.
- ¿Cómo quedó tras el IPoM: más pesimista que antes?
- Uno no puede quedar contento cuando hay una baja en la estimación de crecimiento para 2015. Y no alcanza a ser consuelo que este año vamos a crecer más que en 2014. En particular, porque el PIB potencial chileno y las capacidades de crecimiento de Chile son mayores que el 2%-2,5%. Eso sí, las cifras para el 2016 hacen ver con mayor optimismo.
- ¿Optimismo o cautela?
- Con optimismo, desde el punto de vista de un escenario global que no se ha despejado del todo, en el cual además hay que hacerse cargo del tema de las confianzas internas. De ahí que las señales que dé el gobierno son tremendamente importantes.
- ¿Cuánto de la desaceleración es por el escenario interno y cuánto por el externo?
- Lo que dice la mayoría de los organismos internacionales es que el componente externo es el principal factor que explica el menor dinamismo de la economía chilena.
Pero ciertamente hay temas internos. Mejor me voy para mi casa si trato de negar que cuando uno quiere implementar reformas y, no son bien comprendidas o generan incertidumbre, eso tiene un impacto en la economía.
Sería imprudente decir que el clima interno, en términos del debate político y la crisis de confianza sobre las instituciones que afecta al gobierno, los parlamentarios y los empresarios, no ha tenido un impacto en las confianzas y en la economía.
Ahora, tampoco creo que sea el principal factor, pero sí es el principal sobre el cual podemos influir.
- O sea, hay que trabajar en el tercio de la desaceleración que es por factores internos.
- Sí, es el único factor sobre el cual podemos influir. En el externo, no hay mucho que hacer.
- ¿Faltan señales en la línea de encargarse de ese tercio?
- Esa es la responsabilidad principal que tiene un gobierno, en una parte, y al mismo tiempo para aquellos que están en la toma de decisiones: no sólo los parlamentarios, sino también los gremios, aquellos que toman decisiones de inversión a diario.
Yo creo que dependerá de nosotros si somos capaces de entendernos en esto. Yo creo que seremos capaces de sacar bien las reformas.
- ¿Le ha faltado al gobierno explicar mejor que hay costos de corto plazo y beneficios de largo plazo detrás de las reformas?
- Siempre se puede hacer más. Sin embargo, quiero ser justo en esto: también hay sectores muy influyentes que tienen una fuerte capacidad de generar desinformación, como en la reforma educacional y en la tributaria. Siempre se puede informar mejor, claro, pero como gobierno tenemos que tener claro que con los niveles de aprobación y de credibilidad bajos, no podemos afrontar cuatro o cinco frentes simultáneamente.
- O sea, ¿ser más explícitos en la gradualidad de las reformas?
- No hay fuerzas para poder explicar cuatro o cinco reformas en simultáneo que están siendo permanentemente cuestionadas. Como gobierno tengo que graduar no tanto la profundidad de las reformas, sino que la gradualidad en cómo implementarlas y cuántas voy discutiendo simultáneamente.
Yo, por supuesto, quiero mejorar la ley de Isapres. Pero después de haber escuchado que habría un realismo sin renuncia, me parece un contrasentido que a la semana se diga que se hará una ley de Isapres. No es que yo no la quiera, pero no sé si genera un tema adicional, es otro frente.
Dado el cuadro político, que hoy es real, tenemos muchas cosas sobre la mesa como para seguir ampliando el menú. Ya tenemos un número de tareas que son importantes y fundamentales a las que hay abocarse. Trataría de no seguir agregando temas.
- ¿Ser más claros, por ejemplo, en que no habrá reforma a la Constitución en este gobierno?
- Yo aspiro que en el tema isapres, reforma previsional y Constitución, todo quede muy avanzado, que quede instalado un debate y un diagnóstico. Tenemos que asegurarnos de eso. Pero no nos embarquemos aún en un proyecto de ley hasta que no hayamos resuelto los proyectos que tenemos hoy en el Congreso y los más importantes que aún quedan por enviarse.
- El nuevo gabinete lleva unos tres meses ya instalado. La economía sigue estancada y las confianzas no repuntan. ¿Qué otras señales faltan?
- Ordenar nuestra agenda de prioridades. Además, el gobierno debe hacer un esfuerzo doble para tratar de generar acuerdos. Por último, que algunos dirigentes gremiales tengan mayor responsabilidad en cómo se refieren a las reformas y al gobierno. Lo de los camioneros dio para muchas lecturas: unas 100% gremiales y otras como decir que vamos a salvar Chile como lo hicimos en el pasado. Eso abre otras imaginaciones...
Debate presupuestario
-¿Qué expectativas tiene sobre la tramitación del Presupuesto 2016?
- Será un arduo debate, por lo menos por dos razones: primero, el año pasado se aprobó un Presupuesto anticíclico, mientras este año no estará ni cerca de aquello. Pero una preocupación es cómo se ha ejecutado ese Presupuesto, porque será difícil aprobar presupuestos que crezcan si hemos tenido déficit muy fuerte en algunas carteras para implementarlo.
Y segundo, habrá áreas del Presupuesto que serán muy discutidas, como Educación.
Entonces, no veo por qué va a ser un Presupuesto de fácil tramitación.
- ¿Independiente de que se haya hecho un buen trabajo prelegislativo?
- Exactamente, no debería ser de fácil tramitación porque surgen inquietudes muy legítimas y esto estará marcado también por las señales que se darán en materia de convergencia al balance estructural.
- ¿Está descartado alcanzar el balance?
- Sería bueno que, en algún minuto, fuéramos más categóricos en aceptar que tal vez el 2018 no se alcance la meta.
¿y la reforma tributaria? señales apuntan a que no entraría antes del presupuesto
El pasado 10 de agosto, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, anunció el envío de un proyecto de ley para simplificar la reforma tributaria, aprobada hace casi un año luego de un acuerdo transversal en el Senado.
En aquella oportunidad, en julio de 2014, Lagos Weber era presidente de la comisión de Hacienda de la Cámara Alta.
El parlamentario plantea que no es una derrota para el protocolo de acuerdo el envío del nuevo proyecto de ley, ya que sólo apuntará a simplificar "técnicamente" la iniciativa y no entrará en temas de fondo, como la carga tributaria y la progresividad del sistema impositivo.
Por lo mismo, anticipa una tramitación rápida de la nueva iniciativa, con la duda de si se enviará antes o después de la Ley de Presupuestos 2016.
- ¿El envío de cambios legales a la reforma tributaria no es asumir que el protocolo de acuerdo fue un fracaso?
- Lo que he recogido del Ministerio de Hacienda es que los ajustes no van al fondo del tema: no se modifica la carga tributaria ni quiénes pagan los impuestos en Chile. Va a haber modificaciones que permitirán una simplificación del proceso y aclarar las dudas que surgieron. Eso me parece tremendamente responsable. No siento que me ponga colorado porque vamos a hacerle cambios a la reforma.
- ¿Es un hecho que la reforma tributaria no entra al Congreso antes del Presupuesto?
- Mi impresión y las señales apuntan a eso.
- ¿Cómo se anticipa la tramitación? ¿Será express? ¿Habrá audiencias como el año pasado?
- Depende de lo que llegue. Déjeme ver primero el proyecto. Si fuera como lo han explicado, yo no tendría ningún problema en recibir opiniones y escuchar gente.
La reforma será de más fácil tramitación, menos traumática porque viene más trabajada a nivel prelegislativo. Hay un trabajo prelegislativo bastante fuerte.
Reforma laboral: "Doy por hecho que habrá un acuerdo en la Nueva Mayoría"
- ¿En qué punto están las negociaciones por las indicaciones a la reforma laboral?
- No voy a entrar en detalles, pero hemos estado trabajando intensamente para poder acomodar algunas preocupaciones, para hacerla más justa y más equilibrada, pero sin que se desperfile. Yo he tenido conversaciones con la CUT, con sindicatos, con empresarios y con gremios. Y la opinión que me formo hablando con algunos empresarios es que por 35 años en Chile se entendió que la huelga no era algo que paralizara a la empresa, como ocurre en los países más desarrollados y sofisticados.
Aquí hay que hacer un esfuerzo para entender que estamos rebalanceando la relación de poder. Tampoco quiero matar la gallina de los huevos de oro, las inversiones que generan empleo, pero en Chile tenemos un sistema de relaciones laborales que no se condice con nuestro ingreso per cápita. Me impresiona en este tema, a veces, lo profundo que ha calado en parte importante de los empresarios en Chile que, al final, la huelga no tiene efectos prácticos.
- Por lo mismo quizá genera estupor el fin del reemplazo en huelga.
- Claro.
- ¿Hay una ideología de que la huelga efectiva no existe en Chile?
- Creo que está en su ADN, nos acostumbramos a un sistema. Eso sí, no estoy diciendo que no pueda haber servicios mínimos ni servicios esenciales. Yo no quiero la huelga a todo evento ni a todo costo. Una buena legislación laboral sin empleo no sirve.
- ¿Hay condiciones para un acuerdo político similar al tributario?
- Difícil. Aquí toda la derecha votó en contra de la idea de legislar. Ellos no quieren reforma laboral. Los empresarios, por lo menos, están de acuerdo en que tiene que haber reforma laboral. No soy de quienes se acomplejan por llegar a un acuerdo, en la medida de que no me desvíe de mi norte. Si la derecha no quiere llegar a entendimiento, yo uso las mayoría, que son legítimas por lo demás. Me cuesta entender que la derecha haya dicho no a una reforma laboral.
- ¿Y cómo ve la posibilidad de acuerdo en la Nueva Mayoría? Parte de la DC quiere algo y el PPD-PS-PC otra cosa.
- Nos vamos a poner de acuerdo, estamos trabajando. Hay un compromiso entre las comisiones de Hacienda y Trabajo de que no hay nada acordado hasta que esté todo acordado. Hay avances en algunos temas. Doy por hecho que habrá un acuerdo en la Nueva Mayoría.
- ¿Está completamente descartado el reemplazo interno en huelga?
- Estamos trabajando para tener un sistema en el cual la huelga siga siendo efectiva y se haga cargo de necesidades obvias y evidentes que presenta una huelga ante una empresa. Por ejemplo, distinguir entre empresas de mayor y menor tamaño. Todos estos temas ameritan una discusión acabada. Más que el reemplazo interno, debemos hacernos cargo de lo que se quiere solucionar cuando se pretende abordar un eventual reemplazo interno. Veamos si hay fórmulas distintas a esa para dar cuenta de esa solución.