Por Carlos Alonso M
Un tema pendiente que dejó el protocolo de acuerdo que a principios de julio firmó el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, con los cinco senadores de la comisión de Hacienda en representación de las distintas bancadas de parlamentarios para destrabar la discusión de la reforma tributaria, fue el tratamiento que tendrán los Fondos de Utilidades Tributarias, el llamado FUT histórico, que a 2013 acumulan US$ 278.902 millones, cifra que supera el Producto Interno Bruto (PIB) de Chile, que ronda los US$ 268 mil millones.
Al dividir por tamaño, las grandes empresas son las que acumulan la mayor cantidad de FUT: en 2013, estas compañías acumulan
US$ 139.683 millones, mientras que la mediana empresa registra fondos por US$ 15.244 millones. La pequeña y micro empresa posee FUT por US$ 12.584 millones y US$ 3.481 millones, respectivamente.
Al dividir por rubro productivo, excluyendo a las sociedades de inversión e inmobiliarias, el comercio es el sector que tiene la mayor cantidad de registro de utilidades en su FUT. Según cifras presentadas por el senador Carlos Montes (PS) en un seminario realizado durante la semana pasada, éstas llegan a
US$ 37.834 millones; le sigue de cerca la minería con US$ 35.534 millones. Más atrás se ubica la industria con US$ 21.145 millones.
“El FUT histórico es un problema que si bien no está en el protocolo de acuerdo es algo que debemos enfrentar, un tema que se debe debatir”, expresó el parlamentario.
El senador por Santiago Oriente planteó como hipótesis que el FUT como instrumento de ahorro e inversión es un tema que se deba enfrentar desde la mirada política y no sólo desde una visión económica.
“El FUT consiste en entregar una franquicia tributaria bien grande para las empresas que reinvertían sus utilidades, sin ningún límite de tiempo, y además estaba lleno de forados para que se pudiera eludir y esto le permitió a los grandes grupos económicos operar con toda tranquilidad desde los paraísos fiscales”, sostuvo Montes.
El senador aseveró que, precisamente, uno de los mayores riesgos que tiene el protocolo de acuerdo es que para el sistema parcialmente integrado no se cerraron bien los forados que podrían prestarse para eludir el pago de impuestos. “Esto puede provocar espacios de elusión y evasión bien fuertes”, dijo.
Por esta razón, para Montes es clave que en el trabajo de las indicaciones se cierre cualquier espacio para ese tipo de prácticas. “Estamos tratando que las utilidades diferidas sean para reinversión en activos productivos y, en la misma empresa, para evitar que se vayan a fondos de inversión, es decir que sean para activos productivos y no pasivos”.
Otra de las restricciones que se busca para evitar que el nuevo sistema se transforme en un nuevo FUT es que el beneficio del impuesto diferido sea por un período fijo y que sea para inversión en Chile. Todo esto deberá quedar zanjado en las indicaciones que el gobierno presentará el jueves en el Senado.
Alternativas en la mesa
Los expertos coinciden que e preocupante que este tema no haya sido incorporado en el protocolo de acuerdo. Pedro Troncoso, abogado de Brent Asociados, recomendó incluir en las indicaciones establecer un incentivo para el retiro del FUT. Este consiste en establecer un impuesto único, de por ejemplo, 10% para que las personas empiecen a retirar esos fondos.
“Esto recaudaría teóricamente hasta US$28 mil millones, que es mucho más que la reforma va a generar por muchos años”, afirmó Troncoso. Enfatizó que para que las empresas comiencen a retirar los fondos acumulados se deben entregar incentivos.
Javier Jaque, de KPMG, propuso que las empresas consuman el FUT histórico antes de empezar a entregar el crédito del 65% que se establece en el proyecto para incentivar la reinversión.