El que sería el mejor censo de la historia pasará a ser recordado probablemente como el peor. Esa es la conclusión que surge tras conocerse los resultados de la auditoría realizada a la base de datos del levantamiento 2012.
Si bien cuando asumió la directora del Instituto Nacional (INE), Ximena Clark, se decidió suspender la publicación de los aludidos antecedentes para efectuar una auditoría de los mismos, ya había sospechas de que dicha información tenía serios problemas de confiabilidad para elaborar políticas públicas.
Así, luego de cinco meses de trabajo del equipo técnico del INE, que contó con la asesoría del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), se confirmaron los reparos: los datos generados para 2012 no cumplen con los estándares para que esté operativo sea denominado como un censo y, por ello, el INE no recomienda su utilización en política pública debido a que la omisión impide realizar estimaciones. Además, no es posible desagregar por sexo, lo que impide saber con exactitud cuántos hombres y mujeres hay en Chile.
Según señaló ayer la directora del ente estadístico, la tasa de omisión del censo 2012 llegó a 9,6%, siendo la más alta desde 1952. De ahí que, según lo aseguró Clark, “los datos no sirven para generar la actualización de proyecciones de población, la elaboración de un marco muestra y la generación de información para áreas geográficas menores que se derivan de un censo”.
De todas formas, y pese a que el INE recomienda no utilizar esta base de datos, los proporcionarán a quienes los pidan, ya que por Ley de Transparencia el organismo se ve obligado a hacerlo.
“No vamos a publicar los datos, no se subirán a la página web de la institución, pero lo que sí se hará es entregarlo bajo solicitud, y para eso hay canales, que pueden ser los mecanismos de transparencia o, bien, de consulta ciudadana”, afirmó la autoridad.
Aseveró que “hoy tenemos una Ley de Transparencia que nos obliga a publicar información, aún cuando no podamos dar fe que es de calidad”.
Los errores
En concreto, la tasa de omisión de 9,6% equivale a 1,7 millones de personas no consideradas en el levantamiento de información.
Entre las regiones con alta tasa de omisión destacan Antofagasta (15,1%), Metropolitana (10,7%), Coquimbo (10,3%) y Maule y Biobío (7,6%).
Para Clark los errores que se produjeron en este proceso fueron varios. “Hubo decisiones que se tomaron a medio camino y que afectaron todo el operativo en terreno, por ejemplo, el cambiar de un censo de hecho a otro derecho, sin un debido proceso de capacitación ni de entrega de información a los censistas”, dijo.
Asimismo, la directora argumentó que “esta es una razón por las cuales se tuvo viviendas mal clasificadas, o las razones que nos llevó a mostrar una alta tasa de omisión. Todo esto tiene mucho que ver con cómo se preparó el censo”.
En cuanto a la estructura de población por sexo y edad, los análisis realizados muestran consistencia con los censos anteriores en la declaración de la variable edad, pero una brusca caída en los índices de masculinidad (de 97,1 del Censo 2002 a 95,0 en 2012), que no tiene explicación demográfica posible. Esto impide saber con exactitud por medio del levantamiento 2012 cuántos hombres y mujeres hay en Chile.
Cierre de proceso
Clark definió este proceso de entrega de resultados de la auditoría como “un cierre del capítulo del proceso anterior”, ya que ahora la institución se quiere concentrar en preparar el censo abreviado 2017, el cual “requiere una cantidad de trabajo importante y por eso ahora lo que queremos es mirar hacia delante y trabajar con todos los actores involucrados”, puntualizó.
En cuanto a la investigación que lleva el Ministerio Público y el aporte que esta auditoría puede hacer, acotó que “hay investigaciones que están analizando la responsabilidad individual del proceso anterior, investigación sobre las cifras publicadas”.
A ello agregó que también está en curso el proceso de investigaciones que lleva adelante de Contraloría de la cual se obtendrán nuevas recomendaciones de cómo preparar el nuevo censo 2017.
Con todo, Clark aseguró que en las primeras semanas de octubre se darán a conocer los integrantes de la comisión a cargo de revisar y seguir el proceso que redundará en la medición en tres años más.
Los principales problemas del Censo 2012
Omisión: se observaron problemas de cobertura, estimándose de manera preliminar una omisión del 9,6%. Esta tasa es superior a los registros históricos de censos de población y vivienda en Chile desde 1952. Presenta, además, gran heterogeneidad a nivel regional, lo que indica alta variabilidad en los niveles de calidad estadística de la información e impone importantes limitaciones al uso de los datos.
Estructura de población: por sexo y edad, los análisis realizados muestran consistencia con los censos anteriores en la declaración de la variable edad, pero una brusca caída en los índices de masculinidad (de 97,1 del Censo 2002 a 95,0 en 2012), que no tiene explicación demográfica posible. Esto impide saber con exactitud por medio del levantamiento 2012 cuántos hombres y mujeres hay en Chile.
Inmigrantes: al contrastar los datos de migración con otros provenientes de fuentes administrativas como Extranjería, se encuentran diferencias de volumen de población respecto a la información del levantamiento 2012, evidenciando en algunos casos, una subestimación de más de 100 mil personas. Para migración internacional, el análisis muestra un 40,8% de no respuesta en el año de llegada al país, lo que es considerablemente superior a lo registrado por censos anteriores.
Fecundidad: el análisis arroja un elemento de consideración, relacionado con la cantidad de mujeres que no declara fecundidad. Existen 193.033 mujeres de 15 años o más que no declaran fecundidad, valor muy bajo en relación a resultados de censos anteriores. Sobre este dato, es posible suponer que durante el levantamiento 2012 algunos encuestadores, por errores de instrucción, tendieron a reemplazar la "no respuesta" por el valor "0", lo que puede afectar los cálculos de las tasas de fecundidad, por cuanto no es posible suponer, sin con ello distorsionar la estructura de los datos, que las mujeres que no declaran respuesta en la pregunta de fecundidad son mujeres que declaran 0 hijos.
Vivienda: hay un crecimiento importante en el porcentaje de viviendas con moradores ausentes (3,1% del total país). El levantamiento 2012 muestra 1,3% de moradores ausentes en el área rural versus 3,4% en la urbana, lo que habla de una heterogeneidad que compromete los fines de un censo en cuanto a asegurar niveles mínimos de calidad estadística para todas las zonas. A nivel urbano y rural, son 82 las comunas afectadas con porcentajes por sobre el valor nacional (3,1%), lo que involucra a 62 del total de 346 que conforman el país.