A la Comisión de Hacienda del Senado llegaron ayer algunos de los gremios de las bebidas alcohólicas para manifestar sus reparos y propuestas a la reforma tributaria del gobierno. En este contexto, el presidente de la Asociación de Vinos de Chile, René Araneda, propuso a los legisladores subir de forma igualitaria, a un 30%, el Impuesto de Ley de Alcoholes (ILA).
“Al subir un 30% los impuestos globales, el vino queda con igualdad de condiciones que la cerveza, y además todos los alcoholes suben en la misma proporción, lo que consideramos que es el mínimo de justicia con la industria del vino. Además, es una propuesta con un sistema tributario muy fácil de fiscalizar”, sostuvo.
En la oportunidad, Araneda indicó que un alza diferenciada en las distintas categoría de alcoholes generaría una pérdida de competitividad en la industria del vino, al diferenciarlo del impuesto de la cerveza -hoy son iguales-, además de señalar que impuestos diferenciados traerían problemas a Chile ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).
“Ellos dicen que los países no puede gravar internamente los productos en forma distinta y discriminatoria respecto a los productos importados similares”, sostuvo.
Desde la Asociación de Productores de Pisco criticaron la propuesta de los viñateros, al considerarla
“desigual”, ya que aumentar a un 30% el ILA de forma pareja haría que el precio final al consumidor suba más en el pisco que en el caso del vino o de la cerveza.
“Consideramos que lo justo es que el precio final al consumidor tenga la misma tasa de incremento”, dijo el presidente del gremio, Pelayo Alonso.
Por su parte, la Asociación de Productores de Cerveza propuso establecer un sistema de tasa fija para evitar la discriminación entre productos competitivos al interior de cada una de las categorías.
Además, plantearon un sistema de impuestos por categoría que grave a los distintos segmentos de productos, de acuerdo a su grado de competitividad. A esto se le agrega una mayor fiscalización al mercado ilegal.