Un poco más de dos meses lleva Alberto Salas como presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), tras asumir el 26 de marzo. Meses intensos donde dice estar enfocado en recuperar confianzas, con transparencia y de cara a la ciudadanía.
Eso sí, asumiendo un mea culpa como máximo representante del empresariado en medio de la crisis de desconfianza que tiene la ciudadanía: "Hemos sido poco activos en mostrar lo que hacemos", reflexiona. Esta semana se prepara para dejar por algunos días la casona de Sótero Sanz para sumarse a la gira de la presidenta Bachelet a Europa.
- ¿Cómo definiría su aterrizaje en la presidencia de la CPC?
- Ha sido muy intenso. Me tocó asumir en un período muy complejo del país, tanto desde el punto de vista político como del económico, y en un escenario de gran desconfianza.
- A dos meses de su llegada, ¿ha definido cuál es la prioridad del gremio?
- La prioridad es mejorar el clima de negocios junto con la productividad. Son cosas paralelas. El mejorar las confianzas es un tema relevante y lo observo hoy con mucha preocupación, hay una situación de conflictividad muy alta y eso no le hace bien al país ni a ningún chileno ni menos a la economía. Ya es bueno que nos hagamos cargo seriamente como nación de la situación de La Araucanía. Estamos en un clima de verdad de mucha conflictividad y eso nos preocupa.
Todos compartimos la importancia de tener una mejor educación, salud, eso es un tema de cualquier chileno, no hay nadie que se reste a iniciativas de esa naturaleza. Lo que tenemos que lograr es que esos cambios sean en un equilibrio, de tal forma que no afectemos significativamente el crecimiento. Ya lo dijo el ministro Valdés, no se puede estar financiando eternamente el crecimiento con aporte fiscal. Se requiere del aporte del sector privado para tener cuentas macroeconómicas equilibradas en el país.
- Con el cambio de gabinete y la Cuenta Pública ¿nota algún cambio en el discurso del gobierno o de su intención respecto al crecimiento?
- Soy muy respetuoso de la institucionalidad, la presidenta tiene todo el derecho y las razones y la información para hacer un cambio de gabinete. A nosotros nos corresponde trabajar con las autoridades que sean nombradas. Pero, lo que siento con este cambio de gabinete, es que hay una intención de poder converger, de poder dialogar sobre cómo resolvemos los problemas, en particular el tema del crecimiento.
-¿Tiene esperanza que un proyecto de acelerar algunos trámites pueda ser relevante o pasa en realidad por moderar las reformas?
- De todo un poco. Las reformas son necesarias. Ahora, depende de la óptica de donde me pongo. Con el ministro de Hacienda tuvimos coincidencia en la importancia del crecimiento.
- ¿No existía esa coincidencia con el ministro Alberto Arenas?
- Sí, pero lo que quiero decir es que con hechos más prácticos de nuestro comité de productividad, que preside Rafael Guilisasti y Joanna Davidovich como directora ejecutiva, concordamos en trabajar en conjunto para mejorar las inversiones y el crecimiento. Mejorar también las expectativas del crecimiento potencial. Las reformas efectivamente es bueno irlas acotando en términos de tiempo, no hacerlas a la rápida. Hay que hacerlas bien. Pero también hay que despejar incertidumbres.
Creemos que la reforma tributaria quedó planteada de una forma muy compleja que significará más costos para la empresa. Hay que precisar eso y mejorarlo, se lo planteamos al ministro y él dijo que no. Pero, bueno, como gremio corresponde entregar nuestro profundo conocimiento del mundo real productivo para que las autoridades tomen las mejores decisiones.
-Está claro que el ministro mantendrá las reformas en su parte gruesa.
- Lo que tengo claro es que es un ministro de la presidenta Bachelet y del gobierno.
- Pero el ministro no se está abriendo a posibles ajustes o cambios.
- Ha dado algunas señales que valoramos y queremos seguir siendo escuchados y seguir viendo cómo aportamos en otros temas que podemos converger. Hay un tema importante a raíz de lo que decía de la conflictividad de la violencia y de las huelgas ilegales, que no es parte de esto, pero es parte del Estado de Derecho y es parte de cómo funciona la sociedad. Muchos de los conflictos que hay no se dan en la negociación colectiva y hay huelgas, hay tomas, hay violencia y eso tiene que ser condenado.
- Ha mostrado especial preocupación por la reforma constitucional, ¿está en contra o hay aspectos específicos con los cuales no sintoniza?
- Lo que he planteado es que las reformas en sí, cualquiera que sea, generan un cierto grado de incertidumbre mirado desde la perspectiva de la inversión. Esos anuncios de cambios generan incertidumbre cuando no somos más específicos en decir qué es lo que vamos a cambiar, qué queremos cambiar, qué queremos discutir para cambiar.
- Pero si no se tienen detalles, ¿a qué le teme el empresariado?
- Eso, de qué estamos hablando. He conversado con muchos inversionistas extranjeros y no están preocupados de Caval, Penta ni SQM, no es tema. Están informados de Chile, pero sí les preocupa qué significa este cambio constitucional para efecto de invertir en este país grandes cantidades de dinero y en el largo plazo.
- ¿Qué modificación le afectaría al empresariado?
- El tema del derecho a la propiedad privada.
- ¿Ese es el que más les preocupa?
- El tema del derecho a la propiedad privada que se traduce en los derechos de bienes raíces, los derechos de la ley orgánica constitucional de propiedad minera, los derechos de agua, son temas básicos de seguridad jurídica para invertir. El que no se sepa o el que haya posibles sombras de duda sobre los derechos de propiedad privada indudablemente que produce preocupación.
- El ministro Valdés dijo que había que confiar en la sensatez de los chilenos. ¿Hay sectores del gobierno o de la ciudadanía que pueden impulsar cambios así de drásticos como cambiar el derecho de propiedad?
- Yo espero que no.
- Entonces, ¿por qué tanto susto?
- Porque no se sabe el planteamiento. El tema de la inversión tiene que ver con las confianzas. Pero no es que esté ni en contra ni emitiendo juicios de valor sobre eso. Somos un país independiente y podemos hacer las reformas que queramos. El punto es que si no se sabe, el inversionista se abstiene de invertir.
-¿Y qué opina de la Asamblea Constituyente?
- No sé lo que es. Entonces, no tengo mucha opinión.
- Pero produce más incertidumbre que decir 'esto se va a aprobar en el Congreso'.
- Yo también creo, pero no sé. Lo adecuado es la sensatez y hacer los cambios por las vías institucionales que tenemos.
- En cuanto a las críticas sobre la legitimidad del Congreso, a propósito de los cuestionamientos a la Ley de Pesca, ¿qué le parece esta discusión?
- Hay que ser cuidadoso en cómo se resuelven primero todas estas denuncias y estas imputaciones. Lo que uno espera es que el Poder Judicial actúe con total independencia.
- Pero la gente pierde confianza cuando están todos cuestionados...
- Sin duda. Por eso es importante resolver esto con transparencia y de cara al país. Aquí no hay maneras de tratar de ocultar o de arreglar cosas para que no se sepa la verdad.
-¿El gobierno está en condiciones de dar certezas?
- El gobierno tiene que hacerlo. Fue elegido por la inmensa mayoría de los chilenos. Es su obligación.
- Pero ha hecho esfuerzos, hizo un cambio de gabinete...
- Y está bien y hay que apoyarlo.
- Pareciera que no da resultado...
- Hay que dar las confianzas, los apoyos y los tiempos necesarios.
-¿Se han dado hechos concretos?
- Sí, a partir de la reunión de la reunión con el ministro Valdés y que tuvimos coincidencia. También tuvimos diferencias, pero estas no nos pueden impedir seguir dialogando.
- Usted dice que está preocupado por el tema de la conflictividad social, ¿cuál es el ánimo del empresariado?
- Hay una preocupación general. El ambiente de conflictividad, violencia, inseguridad jurídica.Tenemos una preocupación grande. La Araucanía es un tema serio y que no hemos podido resolver como sociedad.
- ¿Quién es el culpable?
- Todos tenemos responsabilidad.
- ¿Y qué responsabilidad tiene el empresariado?
- Estamos colaborando con la multigremial de La Araucanía, le hacemos presente a las autoridades nuestra preocupación.
- Pero no ha dado resultados...
- De acuerdo, pero no puede pretender que todo lo que uno diga tenga efectos. Lo que a uno le corresponde éticamente es decir qué cosas le preocupan y qué mejorar.
- Quizás debería haber un cambio de estrategia considerando la extensión del conflicto.
- Probablemente. Es un tema muy complejo. A mi juicio, se relaciona con inserción productiva, pobreza, educación... Hay que hacerse cargo. Este tema no es de La Araucanía, es un tema del país.
- ¿Y existe voluntad política para trabajar en este tema?
- Sí. Las autoridades políticas obviamente entienden que es un gran tema y es complejo.
- ¿Cuándo volverán a invertir los empresarios?
- Eso se produce de forma natural. Los plazos, que resulte el otorgamiento de los permisos, que la comunidad también crea que el proyecto que se está haciendo es bueno, es un conjunto de factores que hay que evaluar.
-¿Y cuánto pesa el factor político en esa decisión de los empresarios?
- Más que política, para los empresarios siempre nuestra referencia es la institucionalidad. Tener un Estado de Derecho, tener un Poder Judicial independiente, políticas macroeconómicas estables. Eso también ayuda. Este país tiene muchas cosas positivas que nos distinguen dentro de Latinoamérica: la seriedad, que no haya o que sea muy poca la corrupción. Estamos viviendo un momento de ciertas situaciones, pero en general este país no es corrupto.
- ¿Este año cuánto creceremos?
- Quisiera que creciéramos lo máximo posible, pero creemos que vamos a estar cerca del 3%.
"A lo mejor nos ha faltado trabajar más de cara a la ciudadanía"
La semana pasada, en una entrevista radial, el líder de los empresarios aseguró que "los empresarios trabajan más que los trabajadores" y, segundos más tarde, las críticas no se hicieron esperar en las redes sociales. Salas aclara que "no nos es ajeno el mundo del trabajo, lo conocemos, los empresarios trabajamos igual que los trabajadores. El empresario está imbuido con sus trabajadores. Somos parte, conocemos profundamente el mundo laboral. Pero no hay competencia aquí sobre quién trabaja más", explica.
- Pareciera ser que la responsabilidad de permitir el crecimiento corresponde a los "otros". ¿Hay algún mea culpa de los empresarios que digan que a lo mejor no hicieron lo que tenían que hacer?
- A lo mejor como empresarios nos ha faltado trabajar más de cara a la ciudadanía, trabajar más comunicando lo que hacemos. Lo que hacemos es trabajar y desarrollar actividades que, en general, son buenas para todos.
- En definitiva, los empresarios son "buenas personas"...
- En general, sí. Los empresarios no somos distintos al resto de la ciudadanía. Un periodista no es peor que un médico. Son actividades distintas. Nosotros somos parte de la sociedad. Hacemos actividades y trabajamos en esas actividades como otras personas. Nos interesa que nos vaya bien a todos, a lo mejor no lo hemos comunicado y somos estigmatizados.
Y si hay un mea culpa, diría que hemos sido poco activos en mostrar lo que hacemos sin ningún temor a nada. Cuando uno, y a mí me ha tocado en la vida, despide trabajadores créeme que el que más lo siente es uno. Uno no contrata gente para despedirla. No somos bichos raros.
Financiamiento político: "Nos genera más confianza que sea estatal"
- ¿Cómo debería financiarse la política? ¿Debe mantenerse el aporte de las empresas?
- Hay visiones diversas. El Estado debe financiar la política. Debiera haber un espacio para financiamiento privado, de las personas principalmente. El tema de las empresas ha probado que tiene muchas dificultades de aplicación por cuanto muchas veces son sociedades anónimas, están en Bolsa y debería ser al final las juntas de accionistas las que decidan aportar a la política. No se ve muy viable, pero tal vez lo más relevante es que hay que financiar la política.
- ¿Pero debería ser fundamentalmente estatal entonces?
- Parece que nos genera más confianza que sea estatal con los equilibrios que corresponde, que sea del Estado, no del gobierno sino que del Estado hacia todos los partidos políticos, pero los ciudadanos también tenemos derecho a hacer aportes como personas.
- ¿Hay espacio para una colaboración público-privada concreta, real?
- Nosotros siempre vamos a estar disponibles para colaborar con los gobiernos con los que nos corresponda trabajar.