En 2014, los ingenieros Laëtitia Gomes, Eliott Laburthe-Tolra y el chileno Luis Arenas instalaron en Ñuñoa, a pocas cuadras del Barrio Italia, Etienne Marcel, que trae a Chile los sabores de una de las pastelerías reconocida entre las mejores del mundo, la francesa. La amistad que formaron los socios en el país la traspasaron a los negocios y hoy, a tres años de este primer local, acaban de abrir un segundo, en Luis Pasteur, en Vitacura.
La nueva apertura nace tras el éxito conseguido con el espacio ñuñoíno, el que reporta un crecimiento de ventas cercano a 20% anual, gracias a una propuesta que suma oferta gastronómica, salón de té y galería de arte, emplazado en una de las zonas más atractivas y sofisticadas de Santiago.
El nuevo local, en cambio, busca llegar a lo que Eliott Laburthe-Tolra denomina el barrio francés de la capital chilena. Se ubica a pasos del Lycée Antoine de Saint-Exupéry de la Corporación Educacional Alianza Francesa, y pese a que abrió sus puertas en julio pasado, ya comienza a posicionarse como un lugar de encuentro para vivir los sabores de Francia, en Chile.
En este espacio, inaugurado oficialmente hace dos días, sus dueños aseguran se habla más francés que español y lo cierto es que el ambiente recuerda a las cafeterías parisinas.
Requirió una inversión de $ 45 millones, los que destinaron principalmente, para ampliar la carta y concepto inicial de la empresa. A los macarons, tartelettes y eclairs, se suman sabores salados, varios tipos de quesos, sandwiches y panes, como el de aceituna o nuez de fabricación propia y en el mismo día, al igual que la pastelería.
El cambio se concepto se realizó para responder a la demandas de clientes disimiles entre sí.
“En Ñuñoa tenemos público de fin de semana, la gente sale menos de la comuna, a diferencia de lo que sucede en Vitacura. Lo mismo pasa con los horarios, difieren mucho en cada local. En Luis Pasteur vendemos casi todo entre las 8 am y 10 am y en Ñuñoa es por las tardes”, comenta Laburthe-Tolra, rangos de hora que explican en gran parte a su cercanía con el liceo francés y a la salida del trabajo, respectivamente.
Atención personalizada
En dos meses de funcionamiento, Etienne Marcel ya tiene clientes frecuentes en el nuevo espacio, cuenta Laëtitia Gomes, algo que sabe bien porque ella los recibe y atiende en primera instancia. Aspecto que no es casual, responde al concepto que han buscado instaurar, “el de un lugar acogedor, con espacio”, cercano. Para lograrlo, junto a Eliott se instalaron en Vitacura y Luis Arenas en Ñuñoa.
Aunque siempre ha sido su idea, hace poco lograron materializar el concepto de atención personalizada, en un entorno acogedor, lo que sería uno de sus principales sellos diferenciadores. Esto, luego de cerrar el local que tuvieron en Parque Arauco, una isla, donde la compra para llevar no daba espacio para ofrecer una experiencia culinaria, que es su propuesta.
“Lo del mall no fue la mejor experiencia y no nos dan ganas de volver a estar en algo tan pequeño. Ahora, sí quisiéramos abrir o mantener tiendas en sectores estratégicos del sector oriente, como Providencia o El Golf, pero más amplios”, adelanta Laburthe-Tolra.
De cara al verano esperan ofrecer una alternativa nocturna, que incluya más variedades saladas, acompañadas de bebidas de la estación, que se sumen a las opciones de té que ya ofrecen para servir y llevar, algo que de momento se mantiene como proyecto, previo a los trámites respectivos en la municipalidad.