A menos de 20 días de las elecciones, Kamala Harris y Donald Trump están disputando una batalla voto a voto enfocada en unos pocos estados. Se trata de los denominados “swing states”, que reparten 93 de los 270 votos de los colegios electorales que se requiere para llegar a la Casa Blanca.
Mientras ciertos estados tienen tendencias políticas definidas, Nueva York y California son demócratas mientras La Florida y Texas son republicanos, los “swing states” pueden cambiar su apoyo de una elección a otra.
Entre este grupo hay dos estados donde los candidatos están enfocando sus esfuerzos: Pennsylvania y Michigan, donde aparecen empatados.
Tanto Trump como Harris han declarado que será el resultado de Pennsylvania el primero que buscarán confirmar la noche de la elección. POLITICO reporta que Pennsylvania concentra gastos de campaña por unos US$ 500 millones en publicidad y reservaciones para eventos, más que cualquier otro estado. Pennsylvania reparte 19 votos de colegios electorales, Michigan reparte 15.
Si las encuestas no se equivocan, Harris se encamina a ganar el voto popular. El promedio de las encuestas al 16 de octubre le da a la candidata demócrata una ventaja sobre el expresidente republicano, con 48,6% versus 46% de las preferencias.
Pero el sistema de colegios electorales que aplica EEUU hace posible que el ganador del voto popular no sea el que llegue a la Casa Blanca. Fue el caso del demócrata Al Gore, en el 2000, frente a George Bush. La historia se repitió nuevamente en 2016, cuando la demócrata Hillary Clinton ganó con una diferencia de 2,9 millones de votos, pero el republicano Donald Trump llegó a la presidencia tras asegurarse 304 votos de los colegios electorales frente a 227 de Clinton.
El sistema del Colegio Electoral asigna a cada estado un número de electores en función de su representación en el Congreso, y el candidato que obtiene la mayoría de los votos electorales (270 de 538) se convierte en presidente. En la mayoría de los estados, el candidato que gana la elección popular gana todos los votos electorales.
Encuestas y analistas calculan que Trump tiene hasta ahora más o menos asegurados 219 votos electorales, mientras Harris tendría 226. Nuevos sondeos publicados el miércoles pasado, dan a Trump clara ventaja en Georgia y Nevada lo que le sumarían otros 22 votos. Harris aseguraría los votos 11 de votos de Arizona. El resto de “swing states” muestran una ligera ventaja (dos puntos o menos) de Harris.
La apuesta de los republicanos es que las encuestas estén subestimando el voto por el expresidente.
En nueve de las 12 últimas elecciones, el ganador de los votos de Michigan ha llegado también a la presidencia. Joe Biden logró que el estado votara por los Demócratas en la elección de 2020, después de que Trump había hecho lo mismo en 2016. Este es el estado que Biden más visitó antes de renunciar a la candidatura.
Pero con 19 votos por entregar es Pennsylvania el que se perfila como el estado “king maker”. Es un estado dividido entre los suburbios urbanos y las zonas rurales. Al igual que en Michigan, en 2016 Trump puso fin a la preferencia demócrata de Pennsylvania apelando a los votantes blancos en zonas rurales y antiguas zonas industriales con un discurso proteccionista. En 2020, Biden logró recuperar los votos para los demócratas concentrándose en la recuperación económica tras la pandemia, y aumentando la participación en zonas urbanas como Philadelphia.
Harris tiene el desafío de movilizar a los electores que dieron el voto por Biden en las zonas urbanas. Mientras, Trump ha reclutado a Elon Musk para liderar actos de campaña en Pennsylvania durante la próxima semana.