unca antes en sus 40 años de existencia, el jardín infantil Arcoíris de Concón, había vivido una situación como la actual. El impacto del coronavirus -debido al impedimento de los niños de volver a los establecimientos- ha sido sin precedentes, dice la directora del jardín, Carolina Leyton. "Nunca habíamos vivido algo así. Ha sido atroz", manifiesta.
Pero el caso del jardín Arcoíris no es aislado. De acuerdo con el registro de la Subsecretaría de Educación Parvularia del Ministerio de Educación (Mineduc), a nivel nacional existen 6.700 jardines infantiles, de los cuales 2.500 son privados, y sólo 318 cuentan con la certificación de la cartera. Y son precisamente los privados los más afectados por la crisis.
La subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro, cuenta que han sostenido múltiples reuniones con fundadores y sostenedores de jardines infantiles, ya que "entendemos la tremenda dificultad que están viviendo. Hasta el momento no hemos tenido noticias de jardines que han tenido que cerrar, pero estamos promoviendo que los apoderados y las empresas que tienen convenios con los jardines paguen las matrículas".
Añade que, a través del Ministerio del Trabajo, están buscando llegar a las empresas, con el ánimo de incentivar a que continúen pagando, ya que por ley, el nivel parvulario no es obligatorio en Chile, por lo que "no hay una herramienta legal para que paguen el servicio", explica. Además, dice que están haciendo un llamado a que los jardines se reúnan, para generar "redes" de manera que exista una vocería general.
Desde la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE), que también representa a los jardines infantiles particulares, su presidente, Guido Crino, comenta que no tiene información de este llamado y tampoco tiene claro si sea la respuesta al problema, pues la situación de los jardines particulares no ha sido abordada, "es crítica y realmente no vemos una solución", dice.
"Hemos tenido dos reuniones con el Ministro de Educación, Raúl Figueroa, pero el problema de los jardines infantiles privados no se ha puesto en escena en ninguna conversación. Se han dedicado netamente a la educación escolar", detalla Crino, aunque precisa que, considerando el panorama actual, no culpa al ministerio "porque estos problemas emergen y los colegios tienen mayor volumen".
Sin apoyo estatal
Respecto a la subvención económica directa, la subsecretaria señala que no existe debido a la naturaleza privada de las instituciones. No obstante, dice que los jardines pueden acceder a las medidas anunciadas por el Gobierno "porque son Pequeñas y Medianas Empresas (PYME) y, por lo tanto, se pueden acoger prácticamente a todas las medidas anunciadas, por ejemplo, acceder a créditos livianos", asegura.
En términos generales, la mayoría de los jardines está tomando medidas como la rebaja de las mensualidades a los apoderados para evitar la cancelación masiva de matrículas y se están acogiendo a la Ley de Protección del Empleo. Hasta el momento sólo algunos señalaron estar evaluado acceder a créditos bancarios.
Crino señala que recién esta semana están comenzando a realizar un diagnóstico de la situación. Adelanta que la federación se reunirá este martes para definir cursos de acción y plazos. "Estamos tremendamente preocupados".
"El ministerio debería estar preocupado por estos jardines. Así que alguna acción vamos a tener que realizar para ver en qué medida el Mineduc puede visualizar este tema crítico", afirma.
Preparando el retorno a clases
Si bien las autoridades no han determinado una fecha para la vuelta a clases, desde la subsecretaría señalan que ya está en poder de los jardines un protocolo de limpieza y desinfección del Ministerio de Salud, el que considera la sanitización de los establecimientos educacionales, al menos 24 horas antes del inicio de las actividades, entre otras medidas.
Además, están generando un protocolo general para los diferentes niveles educacionales, el que estiman tener listo este mes. "Trae la priorización curricular, el apoyo socioemocional que se debe implementar y medidas de cuidado", explica Castro.
La subsecretaria señala que una las preguntas que tienen es cuándo volver y algunos piden abiertamente volver. "Hemos pedido a aquellos jardines que, por distintos motivos, como estar ubicados en comunas sin contagiados y realmente quieran volver, nos envíen por escrito sus circunstancias. Hasta el momento no ha llegado nada".
Jardín Armonía, Providencia:
"Me rehúso al cierre. Si tengo que ocupar algo de mis ahorros, lo voy a hacer"
A principios de marzo, Susana Valdivieso tomó la dirección y se convirtió en sostenedora del Jardín Armonía, ubicado hace 25 años en Providencia. Sin embargo, esto último fue provocado por la pandemia de Covid-19. "Unas dos semanas después de que empezó el coronavirus, los antiguos sostenedores se iban a declarar en quiebra e iban a desvincular a todas las tías", cuenta.
A raíz de este escenario, acordaron que ella tomaría ambos roles. Con el dinero originalmente destinado para los finiquitos, pagó los sueldos de marzo de las ocho trabajadoras del jardín. "Para abril acordamos reducir un 25%, tanto la remuneración como la jornada".
En marzo tenían un total de 32 niños matriculados y, hasta la fecha, 12 han sido retirados, por ello, propuso a los apoderados en abril pagar un mínimo ético de $ 160.000, "que es la mitad", y flexibilizar la fecha de pago.
A la fecha, ya son $ 3 millones menos de ingreso entre marzo y mayo, por lo que pedirán un crédito para pagar los gastos fijos y las remuneraciones de este mes. "Me rehúso al cierre. Si tengo que ocupar algo de mis ahorros, lo voy a hacer", asegura.
Jardín Alondra, Huechuraba:
"Tengo miedo de tener que cerrar"
Desde el 16 de marzo que el Jardín Alondra de Huechuraba está cerrado, cuenta su dueña, Gema Soto. Ese mes pagó los sueldos completos a las 13 colaboradoras, pero en abril se acogió a la Ley de Protección del Empleo y suspendió el contrato a 11 de ellas, porque dos no podían optar al beneficio.
Tras la suspensión de las actividades, congeló las mensualidades de los apoderados. Sin embargo, asegura que algunas de las empresas con las que tiene convenio el jardín, continuarán pagando la totalidad o la mitad, "pero ahí dependemos básicamente de la buena voluntad".
De los 70 niños matriculados sólo tres han sido retirados. No obstante, Soto dice que existe mucha incertidumbre frente a una reapertura de los recintos, pues muchos padres no van a querer exponer a sus hijos. "No tengo nada claro. Si volvemos, podemos tomar todas las medidas. Pero aún así, casi no vamos a tener niños, porque los papás también tienen miedo. Hay que tomar a las guaguas, dar la comida a los niños a menos de un metro... Es difícil".
Tras 24 años en el rubro, "tengo miedo de cerrar", afirma Soto y asegura que pedir un crédito ya suena como opción. "Ahora hay que pagar todas las cotizaciones y hay muchos jardines que no van a poder hacerlo", agrega.
The Meadows, Vitacura:
"Por el momento no evaluamos pedir créditos, vamos mes a mes"
Desde el 10 de marzo el jardín infantil y sala cuna bilingüe, The Meadows, de Vitacura mantiene cerrada sus puertas. De los 78 niños matriculados en marzo, hoy sólo quedan 28, porque 50 apoderados optaron por retirar a sus hijos.
La fundadora de The Meadows, Dipti Shah, cuenta que para frenar que más apoderados se retiren, llegó a un acuerdo para reducir la mensualidad a la mitad, o sea, a $150.000. No obstante, señala que hay apoderados que aún no cancelan lo acordado. "Hay un impacto duro porque hay costos fijos, tengo que pagar el arriendo y los sueldos. Posiblemente son cerca de $ 65 millones en pérdidas, pero por el momento no evaluamos pedir créditos, vamos viendo mes a mes", detalla Shah.
Señala que tuvo que despedir a ocho parvularias, por lo que están trabajando con tres, que principalmente se dedican a enviar material online a los padres. Shah afirma estar expectante con el reingreso a clases, pero que está preocupada por los costos de las nuevas medidas de seguridad.
Humpty-Dumpty, Las Condes:
"Esto ha sido un colapso, muy difícil"
Humpty-Dumpty Sala Cuna y Jardín Infantil Inglés de Las Condes tiene 23 de años de existencia y nunca había enfrentado una situación tan crítica, dice la dueña del jardín, Mónica González. "Esto ha sido un colapso, muy difícil", con pérdidas en abril de $ 5 millones aproximadamente.
El 16 de marzo González detuvo la operación del jardín, y tres padres retiraron a sus hijos. Comenta que con los apoderados restantes llegó a un acuerdo para rebajar el costo mensual a la mitad -$150.000-, sin embargo, no todos han cumplido.
"Hay papás que pagan, otros que dicen que están sin trabajo. Están pagando lo que quieren, está la escoba. Espero no tener que quebrar, hasta el minuto no. Por ahora nos estamos preparando para la vuelta a clases, con alcohol gel y mandé a hacer mascarillas para los niños", afirma González.
Añade que decidió acogerse a la Ley de Protección del Empleo, por lo que de las diez parvularias, cinco están con el contrato suspendido.
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