Pese a que en marzo recién pasado el escándalo por el caso Arcano y su polémico fundador, Alberto Chang Rajii, ya había explotado, ello no fue obstáculo para que US$ 4 millones pasaran desde la cuenta del "holding" hasta la del empresario que actualmente se encuentra en Malta.
Ese es sólo uno de los detalles que se dan a conocer en el caso que abrió la SEC de EEUU (símil de la SVS local) en contra de Ónix Capital y su único controlador. Lo más llamativo del documento, es la descripción de los lujos que se daba el ejecutivo, producto no de sus habilidades para realizar lucrativas inversiones, sino para mantener la apariencia de un ejecutivo exitoso, de mundo, y reconocido por ser un visionario a la hora de apostar por emprendimientos, principalmente tecnológicos, pero que además tenía una red de contactos envidiable.
Según la SEC, desde junio de 2012 y marzo de 2016, infringió las normas antifraude federal, al levantar unos US$ 7,4 millones desde inversionistas.
En marzo pasado, una vez que Diario Financiero destapó el caso y comenzó a atraer la atención mediática, el emprendedor dejó todas sus responsabilidades en Ónix, dejó de pagar a sus inversionistas, se fue a Malta, y giró unos US$ 4 millones desde cuentas del grupo en EEUU., para transferirlas a otras en Malta, Suiza, Reino Unido y Australia.
Y mientras aseguraba que la garantía del negocio era su fortuna personal, que ascendía a unos US$ 100 millones según un documento de JPMorgan que mostraba, lo cierto es que tenía poco menos de US$ 1 millón.
¨En el periodo en el que fueron perpetrados estos delitos, los acusados falsamente promovían a Chang como un inversionista y emprendedor exitoso. Según Chang, después de graduarse de la universidad en Santiago, en 1996, recibió una beca para estudiar en la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California. Falsamente señalaba que tenía un MBA, cuando en realidad nunca asistió a esta universidad¨, (tal como publico Diario Financiero en esa oportunidad) dice el texto.
Según los acusados, estando en Stanford, conoció a los fundadores de Google, y gracias a una inversión de apenas US$ 10.000, se hizo multimillonario, al ganar US$ 700 millones. Fue este "prestigio" el que le abrió la puerta a una valiosa red de contactos e inversionistas.
Por ejemplo, en 2013 levantaron un fondo, del que más de la mitad del dinero recaudado iba a inversiones, y de las que realmente se hacían, no lograban los retornos prometidos. En vez de ello, Chang desviaba el dinero a sus cuentas y a la de otras compañías del "holding" para pagarle a otros clientes. "Los acusados jamás aclararon que la capacidad de hacer rentar las inversiones dependían de la capacidad de Chang y sus asociados de vender esas notas de crédito".
Actualmente la SEC se encuentra a la espera de que la corte le asigne un tribunal para exponer los cargos. De momento, la justicia concedió el congelamiento de cuentas de Ónix Capital, aunque no así las cuentas personales del emprendedor.
Gana usted, gano yo
Respecto de la forma a la que Chang accedía al pago por sus servicios, habían múltiples opciones, pero la más común era transferir el dinero desde cuentas de Ónix a la suya.
Desde 2012 a 2016, giro más de US$ 11 millones, usando parte de estos fondos en su beneficio propio, lo cual incluía comprar un terreno en las Islas Vírgenes Británicas por US$ 1,4 millones ($ 941,1 millones), US$ 62.500 ($ 43,6 millones) en una tienda de ropa, y US$ 90.000 ($ 60,5 millones) en un viaje a África. Además, Chang se pagaba un fee mensual.