Expansión
Retarse a uno mismo. Éste es el motivo principal que hace que un profesional aspire a ocupar el puesto de máximo responsable de una compañía. Alcanzar el sillón de CEO -chief executive officer- ese puesto que, dependiendo de las organizaciones y sectores puede implicar más poder y capacidad de influencia que los altos representantes de los gobiernos, no es algo casual. El cargo de CEO es por excelencia el puesto del líder, pero ¿cómo saber si alguien tiene las condiciones para desempeñarlo? Para José Ramón Pin, profesor del IESE y coautor junto con el académico Guido Stein del libro "CEO, carrera y sucesión", el candidato debe reunir dos cualidades fundamentales: visión de negocio y calidad personal. Stein explica que "el CEO debe tener los pies bien asentados en la tierra, en el día a día de la compañía, mientras que su mente tiene que centrarse en encontrar, fomentar y potenciar vías de crecimiento para la organización y los profesionales". Por su parte, José Medina, socio director de OdgersBerndtson, considera que la excelencia de un líder se basa en la unión de tres pilares: capacidades y experiencia, motivos e intereses y ética y valores. "Un directivo que sólo tiene intereses es un demagogo; sin ética y valores es un predador destructivo y sin capacidades ni experiencia es tan sólo un buen hombre", advierte. Otra cualidad esencial del líder es saber escoger a los mejores y potenciar sus habilidades. Sin embargo, por muy buenas capacidades y aptitudes que reúna un directivo, sus objetivos pueden no llegar a buen puerto si no se rodea de un buen equipo. En cuanto a sus funciones al frente de una firma, hay que tener presente que el proceso de encaje es largo y difícil. Por eso, los expertos coinciden en que es fundamental afrontarlo teniendo claro qué se pretente hacer. La mejor fórmula es la que atiende a las necesidades reales de los participantes. Es decir, que además de preocuparse del qué y el cómo, hay que trabajar también el para qué y para quién, concluye Stein.