¿Regresan las turbulencias financieras iniciadas en Estados Unidos?
A la luz de la información que facilitó la propia FED, las aguas no bajan precisamente calmadas y, una vez más, ello está repercutiendo negativamente en las cotizaciones de los bancos mundiales, a pesar de que estos, están declarando un aumento importante de sus ingresos.
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La idea de que las turbulencias financieras habían quedado superadas tras las decisiones adoptadas tanto por la Reserva Federal como por los principales bancos de Estados Unidos para ayudar a First Republic parece que era demasiado optimista.
A la luz de la información que facilitó la propia entidad, las aguas no bajan precisamente calmadas y, una vez más, ello está repercutiendo negativamente en las cotizaciones de los bancos mundiales, a pesar de que estos, están declarando un aumento importante de sus ingresos.
Los analistas europeos, señalaron hace semanas que el modelo de negocio de la banca del otro lado del Atlántico no tenía nada que ver con la idiosincrasia de Silicon Valley Bank o Signature Bank y tampoco, por tanto, de First Republic, y que, además, los requerimientos regulatorios y supervisores del Banco Central Europeo (BCE) son más estrictos que los que aplican las autoridades norteamericanas para los bancos de menor tamaño de aquel país.
Por ello, señalaban, no se pueden comparar y los problemas de aquellas entidades no deberían influir en la marcha de los bancos europeos.
Sin embargo, bastó que los responsables de First Republic reconocieran que tuvieron una fuerte salida de depósitos durante el mes de marzo (no han dicho nada de qué ha pasado en abril), que fue parcialmente compensada con la llegada de fondos de los principales bancos de Estados Unidos, para que las cotizaciones registraran de nuevo caídas que no hacen sino mostrar una desconfianza importante sobre la marcha de las entidades.
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Defensa
A pesar de que los bancos han presentado buenos resultados, muestran que son "la primera línea de defensa" para enfrentarse a hipotéticos problemas con la que cuentan antes de su capital y reservas, además de un elevado nivel de liquidez que les debería permitir afrontar sin excesivas tensiones posibles retiradas de depósitos.
"El negocio de banca comercial se ha vuelto aburrido", señala un exresponsable de una importante entidad financiera, y parece que se ha convertido en una commodity en paralelo a lo que les ocurre a otras hasta ahora importantes compañías de otros sectores que han pasado por lo mismo.
Y lo que podría ser la válvula de escape para hacer más atractivo el sector, la banca de inversión, es evidente que trae consigo riesgos muy importantes. Basta ver qué ha pasado con los dos grandes bancos suizos: UBS y Credit Suisse en los últimos tiempos.
Al primero, el Estado suizo debió rescatarlo en la anterior crisis (la de 2008) y desde entonces ha ido reduciendo este tipo de actividad para centrarse de manera más clara en la banca privada y patrimonial.
Credit Suisse, que resistió los embates de aquellos momentos, no ha logrado sortear los actuales con sus errores de gestión, y ha sido intervenido y vendido a UBS, que se prepara para reducir de manera drástica el negocio de banca de inversión (algo que ya tenía previsto hacer el propio Credit Suisse) y concentrarse más todavía en la administración de grandes patrimonios. Otros ejemplos, quizás menos llamativos, hay para observar.