El retiro del 10% de los fondos previsionales dejó varios sorprendidos entre las mesas de dinero. Economistas e inversionistas miraban con preocupación el nacimiento del proyecto y su rápida carrera en el Congreso, y antes de que a muchos lo asimilaran, ya era una realidad y las AFP y los bancos tenían que preparar rápidamente la estrategia para liquidar activos en masa y traspasar esos fondos a las familias chilenas.
En el mundo de las inversiones, eso pintaba un panorama de descalabro en los mercados locales, especialmente el de renta fija. Sin embargo, no pasó mucho en el mundo de las tasas.
Si bien vieron una subida un poco antes de los primeros rescates, mientras que los inversionistas se anticipaban a los pasos de las AFP, después los tipos de interés de mercado "se devolvieron".
¿Por qué? Desde el mercado apuntan a varios factores, pero uno de los principales fue el activo rol que tomó el Banco Central (BC) en el asunto. Y dentro del mismo, dos figuras destacan por el papel que tuvieron en el proceso: el gerente de la División de Mercados Financieros, Beltrán de Ramón, y la gerenta de la División de Política Financiera, Solange Berstein.
El haber suavizado el impacto de las ventas de las mayores billeteras del país vino principalmente de una agresiva agenda de medidas de liquidez en distintos aspectos, instaladas por el BC. Esto en un contexto en que el ente rector ya venía implementando medidas desde que el peso chileno se fue a piso por primera vez, luego de las protestas que se desataron en octubre del año pasado.
Desde la intervención cambiaria aplicada en ese período hasta los programas de compra de bonos actuales, el Central ha estado implementando todas las lecciones que le dejó el manejo de la crisis financiera de 2009, destacan fuentes de la industria.
Gerencias clave
La primera línea de batalla ha sido la División de Mercados Financieros. Desde el mercado describen la relevancia que tuvieron las mesas de dinero en el Central en períodos de volatilidad.
Con éstas, el ente emisor estaba perpetuamente tomando la "temperatura" del mercado, monitoreando de cerca los movimientos de tasas de interés, precios y otros instrumentos financieros en busca de señales de alerta.
Esa información después se subía a la gerencia, encabezada por De Ramón, quien se coordina con Berstein en la División de Política Financiera, para luego entregarle la información al Consejo.
De Ramón, ingeniero comercial que trabajó en el Ministerio de Hacienda y llegó al Banco Central en 2005, estaba más relacionado con lo que sucedía en los mercados mismos, dicen fuentes de la industria, mientras que Berstein, exsuperintendenta de Pensiones, estuvo más relacionada con los programas para los bancos.
Las discusiones y las tomas de decisiones se daban en varias instancias dentro del Central, pero en este período ha destacado la reunión de coyuntura. Esta instancia, que se celebra generalmente una vez a la semana, se convirtió en una pieza clave de la estrategia, con discusiones recurrentes sobre mercados locales, extranjeros y estadísticas varias.
Dados los rápidos cambios de la coyuntura, en los últimos meses estas reuniones de coyuntura se hacen "cada vez que se necesitan", indican fuentes de la industria, con un "contacto muy fluido y permanente" entre los distintos organismos dentro del emisor.
Esta dinámica se ha estado dando desde que empezaron las preocupaciones de liquidez, en octubre del año pasado. Las lecciones de 2009 dejaron una marca en las medidas que se han implementado, dado que fue un momento en que se ampliaron las garantías para las operaciones de liquidez con agentes bancarios y se creó la figura de la prenda.
Eso sí, en esta crisis, el Central ha ido más allá, describen del mercado local, ampliando las medidas para proveer de liquidez a algunos agentes no bancarios también, como es el caso de las AFP y los fondos mutuos.
Medidas de liquidez
La primera herramienta de liquidez que implementó el BC fue en el mercado cambiario, con una venta de divisas spot en la que llegó a inyectar US$ 2.550 millones en el mercado, frenando el desplome del peso en pleno conflicto social.
En el mercado de renta fija, implementó un programa de recompra de papeles de deuda propia, que hasta la semana pasada sumaban compras por US$ 6.014 millones, y un programa de compra de bonos bancarios, del que se han utilizado US$ 3.832 millones.
En el programa especial de compra de activos, iniciado a fines de junio, el Central ha adquirido US$ 454 millones en títulos propios en UF y en pesos y US$ 1.411 millones entre bonos bancarios en pesos y UF.
A esto se suma que ya han desembolsado US$ 3.221 millones en operaciones CC VP (de compra y venta a plazo de bonos bancarios) y US$ 134 millones en compra de depósitos a plazo.