Juntas de vigilancia del Aconcagua y acuerdo con Esval: "Ha sido un error colaborar tanto"
Desde las juntas critican las acciones de la sanitaria para revertir las cuantiosas pérdidas de agua no facturada, y advierten serios riesgos para el sector agrícola.
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Dentro de los próximos días las autoridades de la región de Valparaíso deberán definir el plan a seguir para asegurar el consumo humano de agua potable de la población durante los próximos meses, en medio de una importante sequía que azota al país. De esta manera, tanto los regantes de la zona como la sanitaria que abastece a la zona, Esval, deben llegar a un acuerdo que permita acumular en el embalse de Los Aromos cerca de 22 millones de m3. Y para esto existen dos alternativas: O los regantes entregan parte de los recursos destinados a uso agrícola de manera voluntaria, o la Dirección General de Aguas (DGA) interviene el río.
Es en este contexto que el gobierno le dio plazo a las partes hasta el próximo 31 de mayo para tomar una decisión al respecto. Pero este año, en particular, la concreción de ese convenio ha demorado más que en ocasiones anteriores, pues la situación es más compleja de lo normal. Esto, debido a las diferencias entre los regantes y la sanitaria de la V Región, a la cual acusan de importantes pérdidas de agua al año que, según dicen, podrían llenar dos veces el Embalse Los Aromos.
“Ha sido un error de parte de las juntas de vigilancia colaborar tanto con Esval”, dice Javier Crasemann.
En esta última semana las juntas de vigilancia de la primera y segunda sección del Río Aconcagua han advertido de la gravedad de la situación en variadas ocasiones a través de sus redes sociales. Este jueves, la primera junta señaló que "estamos al límite de la desertificación y MOP nos piden enviar toda el agua para subsidiar el negocio de Esval, que no ha invertido en las soluciones y sigue expandiéndose, aumentando sus ganancias a costa de la pequeña agricultura y de miles de familias". Mientras que la segunda junta acusó que "las pérdidas en la red de Esval al 2020 fueron de un 34,9% (agua no facturada), lo que supone más de 55 millones de m3 (más de 2 veces de lo que se requiere en Los Aromos). Y la solución de la DGA es intervenir el agua del uso agrícola", escribieron.
De acuerdo a datos de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), en 2021 Esval se ubicó en el quinto puesto entre las empresas con mayores pérdidas de agua en el país (35,9%), esto después de Sacyr Agua Lampa, Sacyr Agua Chacabuco, Nuevosur y SMAPA (51,3%). Y las críticas de ambas juntas del Aconcagua no solo apuntan a este aspecto, sino también a la falta de disposición de la empresa para reutilizar los recursos que aseguren tanto el consumo de la población como del sector agrícola.
Reutilización de aguas
Según cuenta Javier Crasemann, presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua, "lamentablemente las construcciones (hídricas) fueron hechas para épocas de abundancia de agua, no para épocas de escasez". De manera que actualmente "no hay agua suficiente para suplir la demanda que sigue creciendo", dice, y apunta al fuerte desarrollo inmobiliario del lugar. "Se siguen otorgando facilidades a los proyectos inmobiliarios que se generan, no se les aplica una tasa diferenciada, hay créditos inmobiliarios de segunda vivienda que no consideran desalación", comenta.
Y agrega que "al final esta cuestión es hacer crecer un negocio en base a un subsidio que está dando la agricultura al sector inmobiliario, a Esval y las grandes empresas".
En este contexto, Crasemann plantea una alternativa que podría alivianar la carga de los agricultores que deben hacer frente a la falta de agua para la población, y sostiene que recursos como el agua no facturada de Esval podrían ser tratados y entregados la parte baja del valle, a la tercera sección, a cambio de agua potable. "Pero no, ellos como son una empresa que busca rentabilidad, está tratando de vender esos millones cúbicos" en lugar de ocuparlos de esta manera, indica.
El vocero de la primera junta de vigilancia sabe que pronto deberán llegar a un acuerdo, y deposita sus esperanzas, según dicen, en las nuevas autoridades que hoy están a cargo de la administración hídrica. de modo de llegar a un consenso. "Cuando se hace costumbre sostener un negocio en base a lo que implica 'por la razón o la fuerza' a otro, que tiene que dejar de tener su ingreso por ingreso anual en el fondo del cultivo de su tierra se nos hace todo injusto (...) A mí me gustaría que la DGA, ya que amenazando con intervenir, intervenga y pongan ellos la cara con la gente que se va a quedar sin cultivar su tierra", sostiene.
Asimismo, Crasemann es crítico con el actuar de la sanitaria de la V Región, y señala que de los 4 años desde que funciona la mesa de diálogo formada por las partes, la compañía no ha cumplido los acuerdos allí conversados. "Ha sido un error de parte nuestra, de las juntas de vigilancia, colaborar tanto con los problemas de Esval porque si no lo hubiéramos hecho, quizá no hubiera crecido (…) y con eso hubiera habido una mayor conciencia a nivel de la empresa y a nivel de la autoridad de la gravedad de la situación que se está viviendo", comenta.
Y añade que "es un abuso que han hecho ellos de la buena voluntad, y no ha habido la contraparte de comprometer las inversiones que se requieren para hacer frente a la emergencia".
Sector agrícola en riesgo
Mirko Yakasovic, presidente de la Junta de Vigilancia de la Segunda Sección del río Aconcagua, indica que "todo el esfuerzo que tenemos que hacer con la poca agua en desmedro de la de la producción agrícola. Y que cada vez el sector está más "inseguro" debido a la exposición a la que se ven enfrentados en medio de este tipo de decisiones, como la eventual intervención de la DGA.
"Nosotros pusimos alimento, pero esos son los ingresos de la gente, de los agricultores. Ese es tu sueldo al final del día. Entonces ahí se ha ido mermando, mermando, mermando año a año", cuenta. Y si bien sabe que es primordial abastecer el consumo humano, dice que "de alguna manera hay que hace que el esfuerzo sea menor".
Y en este sentido recalca la importancia de revertir las cuantiosas pérdidas de agua de la sanitaria: "La idea es poder acotar, dar plazo para decir 'oye, del 2020 al 2021 vamos disminuir el 5% (de agua no facturada) y ojalá llevarlo a cero´. Yo sé que es posible, pero de 34% bajar un 10%, ojalá", expresa.
Es en este contexto que Yakasovic califica el escenario para los próximos meses como "gravísimo", y explica que "hoy día con el agua que hay en las secciones, efectivamente vamos a tener que disponer que el 90% del agua se vaya a llenado y mantención de las plantas de agua potable. Vamos a quedar con muy poco la agricultura".
Y agrega que "hay muchos predios que ya se dejaron botado porque ya el año pasado". "Nosotros trabajamos en la sección solo con 20%, eso es lo que tuvimos la temporada pasada, un 20% de posibilidades, entonces ya con eso ya se dañó", concluye el vocero.