Los ministros de Finanzas de la zona euro, el llamado Eurogrupo, han expresado hoy su inquietud por los signos crecientes
de desaceleración de la economía europea y por la evolución de la
inflación, y han reafirmado la necesidad de contención de los
salarios.
"Constatamos que tras un primer trimestre que ha registrado un
buen crecimiento, lo que para muchos ha sido una agradable sorpresa,
los signos de ralentización del crecimiento económico se
multiplican", ha declarado en rueda de prensa el presidente del
Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.
"El segundo trimestre será mucho menos luminoso que el primero y
lo comprobamos sobre todo en los índices de confianza".
Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos y
Monetarios, Joaquín Almunia, ha añadido que "no debemos ser
demasiado optimistas" por lo que respecta al crecimiento para la
segunda mitad del año. Juncker ha añadido que todos los miembros de la Eurozona están
"inquietos" por la evolución que ha tomado la inflación, que
registró en junio un récord del 4%. "Es una preocupación no sólo para la autoridad monetaria, sino
también para la autoridad política", ha dicho.
Según Juncker, la decisión del pasado jueves del Banco Central
Europeo de subir los tipos de interés no fue criticada hoy por los
ministros. "Todos pensamos que el BCE tiene razón al insistir con la
vehemencia que le caracteriza en la necesidad de anclar la lucha
contra la inflación", aseveró.
Aunque el Eurogrupo no ha discutido el perfil de la política
monetaria futura, Juncker considera que "la decisión del jueves
pasado no es el comienzo de un nuevo ciclo".
"Todos creemos que la lucha contra la inflación es de la mayor
importancia y atañe no sólo al Banco Central Europeo, que ha asumido
su responsabilidad, sino también a los gobiernos".
Según el resumen ofrecido por primer ministro luxemburgués,
también los gobiernos "deben contribuir a la lucha contra la
inflación renunciando a una serie de actos políticos que podrían
estar tentados de tomar, como aumentar la fiscalidad indirecta por
encima de lo que fue convenido a principios de año".
Los quince ministros de la Eurozona han coincidido en la
necesidad de evitar efectos secundarios como una subida de los
salarios, la cual "desencadenaría una espiral
inflación-precios-salarios", ha advertido Juncker.
"La responsabilidad de los gobiernos es grande cuando se trata de
la evolución salarial en los sectores públicos".
Almunia ha indicado, por su lado, que ciertos efectos secundarios
empiezan a percibirse en algunos países de la Eurozona, pero de
momento "son más un riesgo que una evidencia".
"Tenemos que evitar que esos riesgos se materialicen en los
próximos meses", ha enfatizado Almunia.
"Si además de la presión inflacionista exterior, añadimos estos
efectos, la situación se haría extremadamente difícil y sería motivo
de honda preocupación", según el comisario.
Almunia ha indicado que al aumento registrado de la inflación han
contribuido, en un tercio el precio de la energía, en otro tercio
los alimentos, y en el tercio restante los servicios que están
protegidos frente a la competencia exterior.
El Eurogrupo ha debatido en especial la evolución de los precios
del petróleo.
"Pensamos que tenemos que acomodarnos al hecho de que los precios
del petróleo para los meses venideros seguirán a un nivel muy
elevado, y que no debemos acompañarlos con aumentos salariales por
encima del aumento de la competitividad", ha dicho Juncker.
Esto no excluye "que los gobiernos, dentro de sus
responsabilidades, pongan en marcha políticas de acompañamiento para
estabilizar el poder adquisitivo de la población más vulnerable".
Los ministros han convenido en analizar, sobre la base de un
informe que la Comisión Europea tiene que presentar de aquí a
octubre, el comportamiento "a veces poco ortodoxo" del mercado
petrolífero.