En una conferencia de prensa conjunta, el presidente ruso,
Dimitri Medvedev, y el presidente francés y de la UE, Nicolás Sarkozy,
anunciaron ayer los puntos principales del compromiso alcanzado para
desbloquear el acuerdo de paz que ambos dignatarios firmaron el 12 de agosto
pasado y que logró el alto el fuego en el conflicto de Georgia. El presidente ruso
exigió que no haya menos de 200 observadores europeos en la zona.
Nicolás Sarkozy anunció que “todas las tropas rusas se
retirarán de Georgia en el plazo máximo de un mes” y que en una semana,
comenzará también el levantamiento de los controles de acceso a las ciudades de
Poti y Sinaki, en Georgia. Después, las tropas rusas se retirarán
progresivamente detrás de las fronteras de Osetia del Sur y de Abjasia.
Toda esta operación cumple a la letra el plan fijado por los
ministros de Asuntos Exteriores de la UE este fin de semana, en su reunión
informal de Aviñon, como aplicación de las conclusiones del Consejo Europeo del
1 de septiembre. En ese plan se incluía la retirada de las tropas rusas del
territorio de Georgia, a cambio de su substitución por observadores
internacionales, en principio bajo el control de la OSCE, Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa.
Los detalles no son todavía conocidos, pero en principio
debería ser una misión de la OSCE, donde participa Rusia, con una importante
representación europea, y que armonizará las dos misiones actuales, una de la
ONU en Absajia y otra de la OSCE en Osetia del Sur.
El presidente ruso, Dimitri Medvédev, anunció que retirará
todas sus tropas de la zona en el curso de diez días después del emplazamiento
del mecanismo internacional de control, como estipulado en el acuerdo de seis
puntos del 12 de agosto y que incluirá no menos de 200 observadores de la UE,
lo que deberá ocurrir no más tarde del 1 de octubre de 2008.
Sarkozy anunció también que había entregado al presidente
ruso una carta del presidente de Georgia, Mijail Sakashvili, en la que se
compromete a no utilizar la fuerza en Osetia del Sur y Abjasia, que era uno de
los puntos que no estaba claro para la parte rusa, del acuerdo de Agosto.
Concluido esta misión, el presidente francés, acompañado por
el presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso y por Alto
Representante para la
Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana, abandonaron
Moscú en dirección de Tbilisi, donde además de transmitir el contenido del
acuerdo al presidente Sakashvili, deberían asegurarle del apoyo firme
occidental para la reconstrucción del país.
Todo esto permitirá a la UE reanudar las conversiones con
Rusia, con vistas a la firma de un nuevo acuerdo de partenariado estratégico,
en las fechas previstas, a la mitad de septiembre. Y de rebote celebrar la cumbre UE-Rusia
prevista par el 14 de noviembre en Niza, con toda la pompa y boato de las
circunstancias.
Reconocimiento internacional de Absajia y Osetia del Sur
El acuerdo de ayer en Moscú, incluye por lo tanto el
mantenimiento de las tropas rusas en esos dos enclaves, al mismo tiempo que se
inician conversaciones internacionales a partir del 15 de octubre en Ginebra,
sobre su futuro, a pesar del reconocimiento unilateral de su independencia por
Rusia. Esto constituye para europeos y americanos, una decisión “inaceptable”.
La UE exige que la solución pacifica y durable del conflicto de Georgia, este
basada en el respeto de la independencia y la integridad territorial, según
estipula la Conferencia de Helsinki sobre la seguridad y la cooperación en
Europa. El presidente francés admitió que este punto constituye todavía
"un desacuerdo esencial entre rusos y europeos".
Por lo tanto para la UE, la aceptación de Rusia de la
apertura de conversaciones internacionales constituye ya un progreso
considerable, aunque estas conversaciones estaban previstas en el plan de seis
puntos de solución del del Cáucaso, alcanzado con la mediación de Sarkozy. Sin
embargo parece muy poco probable que Rusia de marcha atrás en ese punto. Ayer
mismo el presidente ruso, lamentó que la UE no comprenda que es la única manera
de garantizar la seguridad de los pueblos de esas dos regiones separatistas
georgianas, a la vez que repitió el carácter “irrevocable” de esa decisión.