La política colombiana Ingrid Betancourt ha pasado seis años
entre las rejas de las FARC, sin apenas atención, cuidados, cariño, entre la
desesperanza y la
amargura. Hoy, con esa imagen destellando en su mente, ha
sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
El paisaje es radicalmente distinto dos meses después del
fin de su cautiverio: aplausos, reconocimiento, ovaciones. El fallo se dará a
conocer este mediodía en el Hotel Reconquista de Oviedo.
Junto a ella, el Colegio de Europa, con sede en Brujas
(Bélgica), y el jesuita español Enrique Figaredo, eran los máximos favoritos
para alzarse con el reconocido Premio Príncipe de Asturias.
Apoyo unánime
El jurado subraya en su acta que, “al destacar la fortaleza,
dignidad y valentía con las que Ingrid Betancourt se ha enfrentado a seis años
de injusto cautiverio, quiere solidarizarse con todas aquellas personas que
padecen las mismas dramáticas e inadmisibles condiciones que ella ha sufrido,
así como con aquellos gobiernos que, al igual que el de la República de
Colombia, trabajan por la consolidación del sistema democrático y las
libertades cívicas".
La candidatura de Betancourt fue apoyada por los miembros
del Patronato de la
Fundación Príncipe de Asturias Francisco Daurella y Fernando
Masaveu, el embajador de Francia en España Bruno Delaye, el ministro Miguel
Ángel Moratinos, y los Premios Príncipe de Asturias Muhammad Yunus, Vicente
Ferrer, Enrique Iglesias, Fernando Henrique Cardoso, Umberto Eco, Anthony
Giddens, Mary Robinson, Woody Allen, Simone Veil, Belisario Betancurt, Javier
Pérez de Cuéllar, Václav Havel, Mário Soares, Jacques Delors, Nicolás
Castellanos, Luis María Anson y Juan Antonio Samaranch.
Méritos
Firme defensora de la libertad y los derechos humanos,
durante su carrera política Ingrid Betancourt (Bogotá, 1961) dirigió sus
esfuerzos al impulso de la democracia y la justicia social y a la lucha contra
la corrupción, el narcotráfico y la violencia, en la búsqueda de un futuro
distinto y más esperanzador para los niños y jóvenes de Colombia.
Betancourt fue primero diputada y luego senadora, hasta que
dimitió de su cargo para presentarse a las elecciones presidenciales de
Colombia en 2002, año en el que fue secuestrada junto a su directora de
campaña, Clara Rojas. El ejército de Colombia la puso en libertad el 2 de julio
de 2008, en una operación en la que también liberó a tres estadounidenses y a
once militares colombianos.