El rubro sufrió ayer su mayor caída intradía desde la crisis financiera de 1998 en medio de renovados temores por el impacto de la caída de los precios en su economía.
En un punto el rublo bajó a un mínimo récord de 53,86 frente al dólar -una caída de 6,5%, según datos de Reuters- pese a que después recortó parte de las pérdidas.
El descenso de casi 40% en el precio del petróleo desde mediados de junio ha puesto mucha presión sobre Rusia, que el año pasado obtuvo más de la mitad de sus ingresos de presupuesto de la extracción de petróleo y gas.
También representa un gran desafío para el presidente Vladimir Putin, cuyo régimen ya está luchando para hacer frente a las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea por su intervención militar en Ucrania. El banco central de Rusia está previendo que el crecimiento se estanque en cero el próximo año a menos que se levanten las sanciones.
En una nueva señal de tensión entre Rusia y la UE, Putin anunció ayer la paralización de la construcción del gasoducto "South Stream", que transportaría gas ruso a través del Mar Negro hacia el sureste de Europa. La presión sobre el rublo creció después de la decisión de la semana pasada de la OPEP, el cartel de productores de petróleo, de no recortar la producción para impulsar los precios, provocando una caída aún mayor en el precio del crudo.
El Brent, la referencia internacional, que tocó un mínimo en cinco años de menos de US$ 68 el barril ayer, ha caído ahora por cinco meses consecutivos, su mayor racha de descensos desde la crisis financiera de 2008. Luego se recuperó a US$ 72 el barril.
Ksenia Yudaeva, la vicepresidenta del banco central de Rusia, dijo ayer que el regulador había comenzado a trabajar con un pronóstico para el precio del petróleo de US$ 60 el barril. "Parece crecientemente probable que haya una caída de largo plazo en los precios del petróleo", afirmó, citando la decisión de la OPEP.
La caída del rublo ha elevado la presión sobre el banco central para que retome sus intervenciones en el mercado, a menos de un mes de que efectivamente haya permitido la flotación del rublo.
El retroceso de la moneda ha hecho que sea mucho más caro para los bancos y empresas rusas servir su deuda extranjera. Según el banco central, los bancos y otras empresas tienen US$ 614 mil millones en deuda externa, y de ella US$ 31 mil millones deben ser amortizados este mes y otros US$ 98 mil millones antes de fines de 2015. El costo de asegurar deuda soberana rusa frente al default, medida en CDS, subió 30 puntos base ayer.
En contraste con crisis económicas previas, los bancos rusos no han reportado aún retiros masivo de depósitos en rublos. Sin embargo, hay señales de que las firmas financieras están tomando medidas de precaución. El periódico ruso Izvestia reportó ayer que algunos bancos empezaron a limitar la venta de dólares y euros a US$ 10 mil o 10 mil euros por cliente.