Por Kerin Hope
, Atenas
Los dos mayores sindicatos de Grecia realizaron ayer una huelga nacional de 24 horas que afectó el servicio de ferry, escuelas, oficinas públicas, bancos públicos y hospitales.
Las protestas fueron en contra de nuevos recortes de salarios y pensiones y el posible despido de 25.000 funcionarios si el gobierno no logra implementar medidas más moderadas acordadas con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El retraso del gobierno en la transferencia de 2.000 funcionarios a la “reserva especial” con menores salarios mientras esperan otro destino en el sector público -un estándar fijado por los acreedores internacionales- ha desatado temores de que se exijan medidas más drásticas como condición para el siguiente desembolso del rescate.
Los servicios de ferry a las islas del Mar Egeo fueron suspendidos luego que la unión de marineros votara para desafiar una orden de movilización del gobierno y se uniera al paro.
Los trabajadores en huelga marcharon por el centro de la ciudad hacia el Parlamento, mientras grupos menores de manifestantes gritaron lemas anti austeridad afuera del Ministerio de Finanzas.
“Nuestra situación se está volviendo desesperada”, dijo Athanassios Stamatopoulos, un funcionario de 50 años que participaba en la marcha. “Soy la única persona de mi familia con un empleo, pero podría desaparecer fácilmente cuando mi ministerio sea reorganizado por la troika (de acreedores de la UE, FMI y Banco Central Europeo)”.
Se espera que la tasa de desempleo local suba de 27% a más de 30% este año. Los trabajadores del sector público se verán afectados por primera vez cuando el gobierno cierre o fusione una docena de entidades estatales bajo los términos del actual rescate.
“Hay frustración y rabia en todos lados”, señaló Simos Papadakis, propietario de un café en el centro de Atenas.