En pocos días, los últimos restos de Northern Rock desaparecerán de las calles. Poco después del quinto aniversario de su bancarrota, las dos filiales que aún portan su nombre -en Londres y Milton Keynes - serán rebautizadas como Virgin Money. Se completa así la transformación de las 75 filiales del banco que comenzó cuando Virgin Money la rescató de la propiedad estatal a comienzos de este año.
Para desgracia de los contribuyentes, que inyectaron 37.000 millones de libras (US$ 59.800 millones), el fin no está tan cerca. Han recibido hasta ahora 970 millones de libras de la venta de sucursales del banco, depósitos e hipotecas.
El problema para ellos aún es peor en el caso del “banco malo” Northern Rock Asset Management, que posee unas 36.000 millones de libras de las viejas hipotecas de Northern Rock y sigue bajo control público. Aún debe al gobierno casi 20.000 millones de libras.
Ha habido avances en reducir el negocio y devolver el dinero a los contribuyentes en el caso de su portafolio hipotecario, reducido de 54.000 millones de libras en 2010 y con pagos al gobierno por 3.000 millones de libras, pero la difícil situación económica ha dificultado los avances.
El resultado es que los contribuyentes tendrán que esperar más de lo previsto para recuperar la mayor parte de sus fondos.
“Hemos dicho que la mayor parte del préstamo será devuelto en diez años, y eso se mantiene”, afirmó Richard Banks, jefe de la Asset Resolution, entidad responsable de Northern Rock Asset Management y la cartera de préstamos de Bradford & Bingley, otro banco fallido. “Sin embargo, los pagos han sido menores a lo anticipado hace dos o tres años y podrían demorar más. Pero esperamos que los pagos se hayan completado en diez a quince años”.
Eso está muy lejos del plan inicial de rescate del gobierno. En 2007 se esperaba que el crédito estuviera pagado a mediados de 2010, sólo tres años después de la quiebra de Northern Rock, impulsando a los clientes a pasar sus hipotecas a otros bancos.
Pero como el colapso de Lehman Brothers en 2008 sumió al sistema bancario global en una crisis, quedó claro que no sería factible. El préstamo de hipotecas se congeló, los precios de las viviendas se hundieron y muchos clientes de Northern Rock no lograron pedir prestado en otro sitio.
El gobierno activó su plan B: dividir el banco en dos, vendió una parte central menor del banco y repartió gran parte de los préstamos en un período más largo.
Aunque el “banco bueno” fue vendido a pérdida, el gobierno asegura que recuperará “cada centavo”.
Los clientes ya han elogiado el paso a Virgin Money gracias a un cambio en la cultura, con productos más transparentes y mejor comunicación con los ejecutivos.