La incertidumbre sobre la dirección de la política económica en medio de la disputada carrera por la Casa Blanca podría enfriar la actividad económica de Estados Unidos este año, a medida que las empresas pausan los proyectos a pesar de las tasas de interés históricamente bajas.
Más de dos tercios de los economistas encuestados por Financial Times dijeron que la carrera entre Donald Trump y Hillary Clinton sería un viento en contra del crecimiento en EEUU, frenando las inversiones de gran escala hasta que las empresas tengan una mejor visión del clima regulatorio, impositivo y gubernamental.
Varios economistas dijeron que incluían a la elección -ahora a menos de 100 días- en sus modelos y que ésta pesaría sobre el crecimiento en el segundo semestre, aunque aún se espera que éste sobrepase la débil expansión anotada en la primera mitad del año.
“Hoy hay más incertidumbre sobre la política económica de EEUU que la que ha existido en mucho tiempo”, dijo Lewis Alexander, economista de Nomura. “Uno ve lo que propone Donald Trump y eso levanta muchas preguntas, las amenazas al comercio, de los costos de trasladar los puestos de trabajo fuera del país. Aumenta el grado de incertidumbre sobre la inversión”.
“El valor de esperar para definir si uno está en un mundo de Trump o uno de Clinton es muy alto para muchas industrias”, añadió Krishna Guha, la vice-presidente de Evercore ISI. “Este es particularmente el caso cuando uno se enfrenta a candidatos que tienen plataformas políticas muy diferentes y serían muy distintos en la presidencia”.
El FMI ha predicho que el crecimiento de EEUU se desacelerará este año a cerca de 2,2%, en momentos en que la productividad cae y la fuerza del dólar inhibe la competitividad de las exportaciones de EEUU.
Cerca de 70% de los economistas encuestados entre el 28 y el 29 de julio dijeron que una victoria de Clinton en noviembre sería positiva para el crecimiento en EEUU, en comparación con poco menos de 14% que cree eso de Trump. El resto de quienes respondieron a la pregunta dijeron que ni el nominado republicano ni la demócrata han ofrecido planes llamativos que aceleren la actividad.
Clinton ha enfatizado un gasto en infraestructura de US$ 275.000 millones y un aumento del salario mínimo, propuestas que financiaría con el aumento de impuesto a grandes contribuyentes. Trump, en cambio, ha prometido bajar los impuestos, aumentar el gasto en el Ejército y salir o renegociar los acuerdos comerciales mundiales. “Los dichos de Trump han sido muy contrarios a lo que se considera buena política económica”, dijo Kathy Bostjancic, economista de Oxford Economics. “Clinton parece más segura para los negocios”.