El discurso que realizó la semana pasada David Cameron de que “no hay alternativa” para la economía del Reino Unido generó muchas críticas. Esto es justificado. Los argumentos del primer ministro británico para mantenerse apegado al programa de austeridad fiscal fueron abrumadoramente equivocados.
Es fácil entender por qué tenía que defender la fallida política insignia del gobierno. La coalición entrante se embarcó en un programa de austeridad con el presupuesto de emergencia de junio de 2010.
La economía, que entonces mostró signos de recuperación, se ha estancado desde entonces. Incluso los resultados fiscales son pobres. De hecho, según el último Presupuesto Verde del Instituto de Estudios Fiscales, los requerimientos de endeudamiento este año fiscal pueden ser más grandes que los del año pasado. Sólo un colapso de la productividad salvó el día, manteniendo el desempleo sorprendentemente bajo, aminorando el impacto social del desastre de los resultados.
¿Cómo se puede defender este registro? Simon Wren-Lewis de la Universidad de Oxford y Jonathan Portesof del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social entre otros, han destruido los puntos de vistas del primer ministro. Aquí están los puntos clave.
Cameron argumenta que aquellos que piensan que el gobierno puede prestar más “piensan que existe un árbol mágico de dinero. Bueno, déjenme decir una verdad sincera: no existe”. Esto es equivocado. Sí existe un árbol de dinero, llamado Banco de Inglaterra, que ha creado 375.000 millones de libras para financiar la compra de activos. Segundo, como otras instituciones solventes, los gobiernos pueden endeudarse. Tercero, los mercados consideran que el gobierno es solvente, ya que están dispuestos a concederle préstamos a las tasas más bajas en la historia del Reino Unido. Y, finalmente, los mercados están haciendo esto debido al superávit financiero estructural en los sectores privado y externo.
De nuevo, Cameron nota que “la rebaja de calificación del mes pasado es el más cruel recordatorio del problema de la deuda que enfrentamos”. No, no lo es, por tres razones. Primero, Moody destacó que el problema más grande para el Reino Unido era el lento crecimiento económico a mediano plazo que la austeridad ha empeorado.
Segundo, la calificación soberana que no puede incumplir la deuda en su propia moneda no significa mucho.
Tercero, la razón para creer que las tasas de interés a largo plazo aumentarán es la expectación de una alta inflación y tasas a corto plaza más altas. Pero a este cambio lo seguirá una recuperación que puede hacer de la austeridad efectiva y a tiempo.
Cameron también argumentó: “Como lo ha dejado en claro la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés)... el crecimiento ha sido deprimido por la crisis finanicera... y los problemas en la eurozona... y el 60% de alza en los precios del petróleo entre agosto de 2010 y abril de 2011. Ellos tienen absolutamente claro que el plan de reducción del déficit no es responsable”. Esto trajo una replica de Robert Chote, director de la OBR, que destacó que: “Cada predicción publicada por la OBR desde el presupuesto de junio de 2010 ha incorporado el supuesto ampliamente sostenido de que las alzas de impuestos y recortes de gastos reducen el crecimiento en el corto plazo”.
Investigadores serios, incluyendo organizaciones internacionales, argumentan que el efecto multiplicador de la austeridad fiscal puede ser mucho más grande que hasta la fecha ha asumido la OBR, al menos en las deprimidas circunstancias de hoy.
Aún más, incluso si la OBR creyera que el resultado resultó peor a lo proyectado por los shocks adversos, más que por haber subestimado los multiplicadores, esto es un argumento en favor de políticas activas, no en contra.
El primer ministro también afirmó: el Partido Laborista “piensa que endeudándose más milagrosamente terminarán debiendo menos... Sí, algo tan increíble como eso”. Lo realmente increíble es que Cameron no pueda entender que, si una entidad que gasta casi la mitad del PIB se repliega mientras el sector privado también está en retirada, el declive en la producción total puede ser tan grande que las finanzas terminen peor de cuando comenzaron.
Bradford DeLong, de Berkeley, y Larry Summers, ex Secretario del Tesoro de EEUU, han demostrado que, en una economía deprimida, lo que Cameron considera increíble es probablemente verdad. Un reciente informe del FMI argumenta que “un ajuste fiscal puede elevar el ratio de deuda a corto plazo, a medida que las ganancias fiscales son anuladas por un declive en la producción”.
Portes agrega que, incluso si esto no fuera cierto para Reino Unido, probablemente lo sea para Europa ya que casi todos se están contrayendo simultáneamente.
Cameron argumenta que “este déficit no apareció de pronto como resultado de la crisis financiera global. Fue impulsado por un gasto gubernamental persistente, arriesgado y completamente impagable durante varios años”.
Este es el error más preocupante, no porque la política fiscal del Partido Laborista, en ese entonces en el poder, fuera perfecta. Lejos de esto, la política fiscal debió haber sido más dura. Pero esta no es la principal razón por la que Reino Unido tiene un déficit estructural. “Es la economía estúpido”. En 2007, según el FMI, la deuda neta de Reino Unido, en 38% del PIB, era la segunda más baja del G7.
Estos niveles también fueron exepcionalmente bajos para los estándares de Reino Unido. En el presupuesto de marzo de 2008, el Tesoro estimó que el déficit estructural ajustado cíclicamente del presupuesto vigente en -0,7% en 2007-2008 y -0,5% en 2008-2009. El colapso de la producción fue lo que provocó la explosión del déficit y las deudas. Casi todos subestimaron la vulnerabilidad, los líderes conservadores entre ellos: antes de la crisis se comprometieron a continuar los planes que ahora Cameron llama “imprudentes e impagables”.
Algunos piensan que los gastos imprudentes explican el salto del gasto del gobierno desde 40,7% en el PIB de 2007-2008 a 47,4% dos años después. Pero, entre 1996-1997 (el año anterior a que el Partido Laborista llegara al poder) y 2007-2008 (el año anterior a la crisis), el gasto como proporción del PIB aumentó sólo 1,2%. No: el colapso del PIB respecto de las expectativas provocó el aumento del gasto y la disminución de los ingresos respecto del PIB. El Presupuesto Verde compara el pronóstico para 2012-2013 contenido en el presupuesto de 2008 y la Declaración de Otoño de 2012: el PIB nominal ha caído 13,6%, los ingresos se han reducido 17,6%, el gasto ha disminuido 5,6% y el endeudamiento ha aumentado 372%. Lo que hace esta posición tan sombría, es que la OBR y otros creen que la mayor parte de este PIB perdido es permanente.
El argumento de Cameron contra la flexibilidad en la política fiscal es erróneo. Pero, más allá de eso, tenemos que considerar por qué la economía ha demostrado ser tan frágil y el reequilibrio tan difícil. Eso es para la próxima semana.