Shinzo Abe puso a Japón a la cabeza del abandono global de la austeridad y la llegada de políticas fiscales más expansivas al lanzar un estímulo de 4,6 billones (millones de millones) de yenes (US$ 45.000 millones) para impulsar una economía en apuros.
El paquete marca un retorno a los conceptos básicos del programa del primer ministro, las Abenomics, pensado para combinar estímulos fiscales y monetarios, mientras Japón hace frente a la debilidad del consumo y el efecto sobre las exportaciones de un yen más fortalecido.
“La palabra clave es inversión en el futuro”, dijo Abe al anunciar la decisión del gabinete. Exhortó a sus ministerios a poner el paquete en efecto tan pronto como sea posible.
Aunque proclamó un paquete total de 28,1 billones de yenes, el gasto nuevo del gobierno es de 6,2 billones de yenes, del cual 4,6 billones (0,9% del Producto Interno Bruto) caerá en el año fiscal en curso. “No hubo ninguna sorpresa”, dijo Daiju Aoki, economista de UBS en Tokyo. “El año pasado tuvimos 3,3 billones de yenes y este año serán 4,6 billones de yenes”.
El paquete incluye 2,5 billones de yenes en gasto social, 1,7 billones en infraestructura, 0,6 billones en pequeños negocios golpeados por “la incertidumbre del Brexit” y 2,7 billones para la reconstrucción tras el terremoto en la isla de Kyushu este año.
Se esperaba que el gasto social incluyera subsidios por tuición de niños y un pago de 15 mil yenes (US$ 147) para individuos de bajos ingresos. El gasto directo en familias y hogares de bajos ingresos debería traducirse en consumo rápidamente. Parte del gasto en infraestructura podría no concretarse por años.
El estímulo llega luego de que el Banco de Japón decepcionara con un cambio modesto, al aumentar el ritmo de las compras en mercados accionarios a 6 billones de yenes cada año.
Taro Aso, ministro de Hacienda, pretendía presentar el estímulo como un esfuerzo conjunto con el BoJ y sostuvo un encuentro poco usual con el jefe del banco central Haruhiko Kuroda anoche para discutir los detalles.
“Queremos acelerar las Abenomics en cooperación con el BoJ”, dijo Aso. Kuroda buscó mantener las políticas fiscal y monetaria separadas, diciendo que sólo hay “sinergia entre las medidas de estímulos y el entorno financiero expansivo”.