Financial Times: Kim superó a Trump como el negociador más astuto
El líder norcoreano probó ser más astuto, al lograr importantes concesiones de Washington a cambio de un compromiso vago de "avanzar hacia la desnuclearización".
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La cumbre surrealista entre Donald Trump y Kim Jong-un en Singapur quizás fue mejor resumida por la aparición de la exestrella de básquetbol Dennis Rodman. Usando una gorra roja que decía "Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo", lentes oscuros y una camisa adornada con la criptomoneda que lo auspicia, Rodman derramó lágrimas en CNN al declarar que el 12 de junio era un gran día para todo el mundo.
La conferencia de prensa de Trump al cierre de la cumbre sólo aumentó el aura de un espectáculo de televisión de reality. En más de una hora de réplicas con los periodistas que llenaban la habitación, el presidente de EEUU reveló una lista de concesiones de su país que iba mucho más allá de lo que Kim podría haber imaginado.
Junto con una promesa de frenar los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, Trump dijo que esperaba que pronto se firmara un tratado de paz formal entre los dos países. También indicó su fuerte deseo de retirar a los 32 mil soldados en Corea del Sur. Trump parece no haber consultado antes de terminar unilateralmente los ejercicios conjuntos.
En ese contexto, la breve declaración conjunta firmada por los dos líderes sólo puede interpretarse como una victoria para el dictador norcoreano. Además de compromisos vagos de ambos lados para establecer nuevas relaciones y trabajar hacia la paz, el documento compromete a Pyongyang apenas a "avanzar hacia la desnuclearización completa de la península coreana".
Trump escogió ignorar el hecho de que el régimen de Kim interpreta esa frase como la salida del "paraguas nuclear" estadounidense de Corea del Sur, a cambio de la desnuclearización del norte. Al delinear las concesiones que había logrado de Kim, el presidente de EEUU se quejó de que no había tenido suficiente tiempo en esta cumbre para lograr un acuerdo de desnuclearización más completo.
Se aferró al compromiso de Pyongyang de devolver los restos de soldados estadounidenses asesinados o capturados en la guerra de Corea, y habló vagamente sobre la promesa de Kim de destruir un sitio de pruebas balísticas en algún momento del futuro. Ambas promesas son insignificantes desde la perspectiva de Kim.
Trump afirmó que las duras sanciones sobre Corea del Norte no se levantarían hasta que hubiera un progreso real hacia la desnuclearización, pero la aplicación de esas sanciones está en gran parte en manos de China, el mayor socio comercial de Corea del Norte y su benefactor. Esta madrugada, un vocero del gobierno chino insistió en que las sanciones deberían relajarse para agradecer los compromisos de Corea del Norte con la paz.
Si Trump cambia de opinión e intenta endurecer las sanciones de nuevo, es muy poco probable que China quiera aplicarlas. Beijing ha mirado esta cumbre desde el palco, pero celebrará las palabras de Trump de retiro de tropas y cancelación de ejercicios militares, que el mandatario llamó "muy caros" y "muy provocativos". Una de las metas más atesoradas de China es la eventual salida de tropas estadounidenses de su vecindario.
En algún momento de su conferencia de prensa, Trump dejó entrever parte de su pensamiento, al pedir a todos que "pensaran desde una perspectiva inmobiliaria". Aconsejó a Kim imaginar el potencial de sus "hermosas playas" si dejara de usarlas para ejercicios de artillería y construyera departamentos en ellas.
Enterrado en estas falacias está el punto válido de que Corea del Norte tiene mucho que ganar si logra el apoyo de EEUU y sus socios capitalistas para ayudar a restaurar su devastada economía comunista. Pero si puede obtener ayuda para construir su economía mientras mantiene sus armas nucleares, esa es ciertamente su opción preferida.
Es muy posible que Trump vuelva a EEUU y cambie de opinión sobre algunas de las promesas que hizo. También es posible que su muestra de buena voluntad aparentemente abrumadora hacia el dictador lleve a concesiones reales desde Pyongyang. Pero por ahora Kim ha mostrado ser el negociador más astuto.