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Estrés y agotamiento son recordatorios de que los directores ejecutivos son todos humanos

Encuestas muestran que los ejecutivos con frecuencia experimentan “presión excesiva” en sus trabajos.

Por: | Publicado: Lunes 24 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Andrew Hill



Cuando Ton Büchner asumió el cargo de director ejecutivo en AkzoNobel en abril, ING elevó su recomendación para la acción de Akzo a “comprar”. Se esperaba que Büchner (47), un administrador práctico con una sólida reputación ganada como CEO de la compañía suiza de ingeniería Sulzer, se moviera rápido para solucionar el bajo rendimiento de las operaciones de la compañía de revestimientos.

El jueves, la acción cayó 5,5% en el día, después de que Akso le dio a Büchner una licencia especial para recuperarse de lo que la compañía describió como “fatiga temporal”. En una frase memorable, Akzo dijo que había tomado “demasiado heno en su pala” y agregó que los “CEO también son seres humanos”.

Que los directores ejecutivos sucumban hasta el agotamiento no es sorpresa. Una encuesta de la consultora Towers Watson y WorldatWork, una asociación de profesionales de recursos humanos, arrojó que el 32% de las compañías británicas, 47% de las empresas en el resto de Europa y Medio Oriente, y 61% de las firmas de EEUU dijeron que los empleados con frecuencia experimentaban “presión excesiva” en sus trabajos. Los administradores, en particular, según una encuesta anterior a 32.000 empleados alrededor del mundo, están “generalmente infelices (y) presionados por el tiempo”.

Los CEO con frecuencia enfrentan demandas adicionales, como expectativas constantes del mercado de que ellos superarán a los competidores, las turbulentas e impredecibles condiciones económicas y el creciente deseo público de que ellos deberían justificar sus enormes salarios. Expertos en psicología laboral dicen que para muchos ejecutivos la mejor manera de satisfacer estas demandas frecuentemente parece ser recurrir a horas extras. “Las largas horas son las reales asesinas porque, junto con la presión constante, también los alejan de los sistemas de apoyo social naturales como las familias”, comenta Cary Cooper, psicólogo organizacional y profesor de salud en la Universidad de Lancaster.

La partida temporal del director ejecutivo de Akzo es un recordatorio de la decisión a fines del año pasado de Lloyds Banking Group, de que su CEO portugués, António Horta-Osório, debía apartarse aduciendo fatiga. Había llegado a la firma a comienzos de 2011 en medio de un intenso examen público y político al sector bancario.

En Akzo, como en Lloyds, el director financiero ha entrado al grupo, y nadie ha usado la palabra “estrés” para describir la “condición médica” que gatilló la partida de Büchner.

El profesor Cooper dice que las compañías están ahora más dispuestas a reconocer la presión puesta sobre sus líderes de lo que solían estar, pero aún prefieren hablar de “agotamiento”, “cansancio excesivo” y “sobrecarga”.

Falta de sueño


Jeff Kindler de la farmacéutica Pfizer renunció en 2010 como director ejecutivo porque necesitaba “cargar sus pilas”. Masataka Shimizu, director de Tokyo Electric Power (Tepco) se ausentó durante la crisis nuclear que involucró a la empresa el año pasado culpando a “una sobrecarga de trabajado y falta de sueño”. Después renunció.

Como Horta-Osório, quien volvió a su puesto dos meses después de haber tomado una licencia, Akzo dice que Büchner espera regresar en la primera mitad de octubre.

El profesor Cooper afirma que una lección de estos hechos es que los CEO necesitan su propio mecanismo de apoyo, especialmente si, como Horta-Osório, quien operó la unidad bancaria de Santander en el Reino Unido, y Büchner se han cambiado desde empleos más pequeños y menos complejos.

Carole Hathaway, líder de prácticas de recompensa de Towers Watson para Europa, Medio Oriente y África, asegura que los asesores externos pueden entregar apoyo y una perspectiva independiente para los líderes empresariales. Pero: “si se establecen metas que no son alcanzables y se alienta a las personas a trabajar más horas de las que deberían, probablemente signifique que algo está mal con la administración de desempeño”.

Las presiones competitivas de la economía corporativa permiten pocas señales de que las demandas a veces sobre humanas que se colocan sobre directores ejecutivos demasiado humanos puedan disminuir.

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