Por Richard Milne
, Estocolmo
Suecia se convirtió en el primer país europeo grande desde la crisis financiera en lanzar un programa de estímulo explícito a medida que crecen los temores sobre una creciente desaceleración económica.
Después de años menospreciando las demandas internacionales de estímulos, el gobierno de centro derecha dijo ayer que gastaría 23.000 millones de coronas
(US$ 3.500 millones) para impulsar el crecimiento y podría invertir más si la situación empeora.
Fredrik Reinfeldt, primer ministro, dijo al Financial Times, que las sólidas finanzas públicas de Suecia significaban que tenía más espacio para maniobrar que muchos países europeos.
“Tenemos recursos en nuestra economía que están libres, tenemos tasas de interés muy bajas: ahora es tiempo para invertir mañana en lo que nos hace competitivos”.
La jugada de Suecia, un país con triple A que depende fuertemente con la economía global debido a sus exportaciones, podría elevar la presión sobre Alemania para considerar algo similar, al igual que el amigo y aliado de Reinfeldt el primer ministro de Reino Unido, David Cameron.
Beneficio a empresas
Suecia recortará el próximo año su tasa de impuesto a las empresas desde 26,3% a 22% como parte de su presupuesto y dio pistas de que eran posibles más rebajas. También buscará invertir 100.000 millones de coronas desde 2014-2025 en infraestructura con proyectos como una nueva línea de metro en Estocolmo y líneas férreas en el país.
El ministro de Finanzas, Anders Borg, también reveló inversiones en investigación y desarrollo y medidas para frenar el desempleo juvenil. A comienzos de este año, Borg dijo a una revista sobre los llamados de las organizaciones internacionales después de la crisis financiera: “Todos dijeron ‘estímulo, estímulo, estímulo’... Es sorprendente que Europa, dado que tenemos experiencia de los años ‘70 y ‘80 con desempleo estructural, crea que el keynesianismo a corto plazo puede resolver el problema”.
Pero Reinfeldt señaló que Suecia no había abandonado su foco en finanzas públicas sólidas, incluso cuando la oposición de social demócratas y economistas independientes se preocuparon de que era probable que el gobierno rompiera su propia regla de tener un 1% de superávit durante el ciclo económico. Torbjörn Isaksson, analista jefe de Nordea, comentó que era probable que el déficit presupuestario sea de 0,5% este año y 1% para los próximos dos años.
El primer ministro contrarrestó: “Creemos que cumpliremos nuestra meta. Fue construida porque teníamos altos niveles de deuda a mediados de los ‘90.” La deuda como proporción al PIB de Suecia ha caído desde más de 80% de entonces a 37,2% a comienzos de este año, según Eurostat.
Algunos expertos creen que el presupuesto marca el disparo inicial de una larga carrera hacia la próxima elección general en 2014.
Reinfeldt indicó que estaba de acuerdo y que discrepaba.
“Si yo sólo tuviera una perspectiva electoral no rebajaría el nivel de impuestos empresariales e invertiría en investigación y desarrollo. Ganaría muy poco en las encuestas de opinión. Pero en cierto sentido es absolutamente a mediano plazo. Ahora es tiempo de prepararnos nosotros mismos”.
Añadió que el gobierno aún le gustaría rebajar el impuesto a la renta como prometió por quinta vez desde que llegó al poder en 2006, una jugada que los analistas creen que sucederá en el presupuesto del próximo año.