Por K. Scannel / M. Arnold / K. Stacey
Nueva York / Londres / Edimburgo
Dos principales agentes cambiarios empleados por HSBC fueron acusados por hacerse con US$ 8 millones en ganancias y comisiones por medio del “front running” –o manipulación de divisas– de una cuenta de US$ 3.500 millones de un cliente, reveló ayer una denuncia penal presentada en Estados Unidos.
Mark Johnson, un ciudadano británico y director global de operaciones con divisas del HSBC en Londres, fue arrestado la tarde del martes en el aeropuerto internacional John F. Kennedy, en Nueva York, con cargos por conspiración y fraude electrónico.
Una orden de detención también fue emitida para Stuart Scott, ciudadano del Reino Unido quien se había desempeñado como director de comercio de divisas en efectivo para Europa, Medio Oriente y África hasta que abandonó la entidad bancaria en 2014.
La detención podría causar daño a la reputación del negocio de compraventa de divisas del reconocido banco mundial e impulsar más llamados a HSBC para que enfrente todos los cargos criminales. El Departamento de Justicia (DoJ) de EEUU ya ha sido criticado por no ser capaz de procesar a HSBC, luego de que canceló
US$ 2 mil millones en 2012, por lavado de miles de millones de dólares para las bandas de narcotraficantes mexicanas y colombianas.
El banco también está bajo una investigación del DoJ por un presunto fraude de US$ 5 billones (millones de millones) del mercado de divisas.
HSBC y un largo número de sus competidores ya han cancelado más de US$ 10 mil millones en sanciones civiles en conexión con la investigación mundial en el mercado de divisas. Pero este caso marca un hito como uno de las primeras veces en que operadores de divisas individuales han sido acusados de engañar a un cliente específico, un alegato que podría erosionar aún más la confianza en el banco.
El Departamento de Justicia fundamenta que los operadores engañaron a un cliente no identificado mediante la compra deliberada de libras antes de que éste adquiriera
US$ 3.500 millones en moneda británica, y luego volvieron a vendérsela a un costo mucho más elevado.
El cliente en cuestión es Cairn Energy, un productor de gas y petróleo de Reino Unido, según una persona relacionada a la investigación.
En 2011, Cairn vendió un porcentaje de participación a una subsidiaria de India por US$ 3.500 millones y quería convertirla a libras esterlinas para distribuirla a sus accionistas. Contrató a HSBC y requirió que el banco firmara un acuerdo de confidencialidad.
Autoridades aseguran que los operadores utilizaron una técnica conocida como “ramping” que ocasiona que el precio de la libra aumente. Ese alza benefició la cartera de negociación del banco a expensas del cliente, que luego canceló un precio más alto por la moneda.