Shawn Donnan
Montreal
Las conversaciones para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por su sigla en inglés), se mueven muy lentamente, se quejó ayer Robert Lighthizer, máxima autoridad comercial de Donald Trump, tras rechazar la propuesta de Canadá de reconsiderar las reglas del comercio de automóviles en el continente.
Pero Lighthizer y sus pares dijeron que vieron señales de progreso en una sexta ronda de conversaciones que tuvieron lugar ayer en Montreal.
La administración de Trump aboga por reglas mucho más estrictas en Nafta, diciendo que deberían incluir un fuerte aumento en los requisitos de contenido regional y un umbral de que al menos el 50% del contenido en automóviles se origine en los EEUU. Las industrias automotrices de los tres países rechazaron esa propuesta. Pero la semana pasada, Canadá propuso usar una nueva metodología para medir el contenido en autos, que tomaría en cuenta costos como la investigación y el desarrollo, gran parte de los cuales tiene lugar en EEUU. Lighthizer dijo el lunes que la propuesta canadiense llevaría a “menos empleos en los EEUU, Canadá y México (…) Es algo que haría muy felices a los fabricantes de autos porque podrían traer más cosas desde China”.
Lighthizer dijo que los datos comerciales de Canadá muestran que tuvo un superávit con EEUU de más de US$ 87 mil millones en 2016. En respuesta, Freeland citó los datos de EEUU que muestran que ese país tenía un excedente de
US$ 8 mil millones en bienes y servicios con Canadá, aunque dijo que los funcionarios canadienses no veían eso como razón para quejarse.
El desempleo está bajo en ambos países y el mercado de acciones estadounidense está altísimo, sostenía Freeland. “Estas no son señales de un sistema económico quebrado”, dijo.