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China pone aparatos de seguridad a toda marcha
Por: | Publicado: Jueves 24 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Gregory Meyer
Sentado en su pequeño departamento en Beijing, Teng Biao, la semana pasada contaba una broma que solía compartir con Liu Xiaobo, el activista que ganó el año pasado el Premio Nobel de la Paz. Liu bromeaba sobre la capacidad de Teng de seguir trabajando como abogado de derechos humanos sin ser enviado a la cárcel. “Con este tipo de trabajo, no podemos temer ser encarcelados” decía Teng. “Pero si uno está en prisión, no puede hacer cosas”. La broma ya no es graciosa. El sábado, Teng fue citado por la policía local, y hasta anoche no había vuelto. “¿Por qué no viene a tomar una taza de té?” es el eufemismo que a menudo acompaña la citación policial. La rutina normal es un par de horas de interrogatorio más un té, seguido de un golpe en los nudillos. Pero en los últimos días, y luego de un llamado online a traer una “Revolución del Jazmín” de Medio Oriente a China, el sistema se aceleró. Según grupos de derechos humanos, los movimientos de al menos 100 activistas han sido restringidos desde el viernes pasado. De ellos cinco abogados, incluido Teng , fueron detenidos. No hubo protestas tras el primer llamado. Un gentío se congregó frente a un McDonald’s en el centro de Beijing, pero la mayoría eran transeúntes que pensaron que las cámaras de televisión esperaban a algún famoso. No hubo pancartas, gritos, ni consignas. Eso no evitó que las fuerzas de seguridad extremaran posiciones. Después de ver el discurso de Gaddafi y las escenas en El Cairo, la percepción general entre los expertos en China es que hay pocas posibilidades de que ocurra lo mismo en Beijing, por último porque los líderes chinos son mucho más competentes. Entonces ¿Por qué el gobierno se ve tan nervioso? ¿Por qué los abogados se llevan el peso de la reacción? La explicación parece ser que bajo la actividad económica en China, hay más agitación que la que se ve. Esta percepción ha empoderado al aparato de seguridad del estado, que ha visto aumentar su personal y presupuesto. Los abogados han sido blanco justamente porque comenzaron a canalizar los resentimientos. Teng Biao describió la semana pasada la disminución gradual del espacio del que goza con sus colegas. Él solía dirigir la ahora cerrada Open Constitution Initiative, una organización que trabajaba con abortos forzados y confiscación ilegal de tierras. El riesgo real para China no es la agitación, sino la “estabilidad rígida” de un sistema político inflexible, que embotella las tensiones sociales.
Sentado en su pequeño departamento en Beijing, Teng Biao, la semana pasada contaba una broma que solía compartir con Liu Xiaobo, el activista que ganó el año pasado el Premio Nobel de la Paz. Liu bromeaba sobre la capacidad de Teng de seguir trabajando como abogado de derechos humanos sin ser enviado a la cárcel. “Con este tipo de trabajo, no podemos temer ser encarcelados” decía Teng. “Pero si uno está en prisión, no puede hacer cosas”. La broma ya no es graciosa. El sábado, Teng fue citado por la policía local, y hasta anoche no había vuelto. “¿Por qué no viene a tomar una taza de té?” es el eufemismo que a menudo acompaña la citación policial. La rutina normal es un par de horas de interrogatorio más un té, seguido de un golpe en los nudillos. Pero en los últimos días, y luego de un llamado online a traer una “Revolución del Jazmín” de Medio Oriente a China, el sistema se aceleró. Según grupos de derechos humanos, los movimientos de al menos 100 activistas han sido restringidos desde el viernes pasado. De ellos cinco abogados, incluido Teng , fueron detenidos. No hubo protestas tras el primer llamado. Un gentío se congregó frente a un McDonald’s en el centro de Beijing, pero la mayoría eran transeúntes que pensaron que las cámaras de televisión esperaban a algún famoso. No hubo pancartas, gritos, ni consignas. Eso no evitó que las fuerzas de seguridad extremaran posiciones. Después de ver el discurso de Gaddafi y las escenas en El Cairo, la percepción general entre los expertos en China es que hay pocas posibilidades de que ocurra lo mismo en Beijing, por último porque los líderes chinos son mucho más competentes. Entonces ¿Por qué el gobierno se ve tan nervioso? ¿Por qué los abogados se llevan el peso de la reacción? La explicación parece ser que bajo la actividad económica en China, hay más agitación que la que se ve. Esta percepción ha empoderado al aparato de seguridad del estado, que ha visto aumentar su personal y presupuesto. Los abogados han sido blanco justamente porque comenzaron a canalizar los resentimientos. Teng Biao describió la semana pasada la disminución gradual del espacio del que goza con sus colegas. Él solía dirigir la ahora cerrada Open Constitution Initiative, una organización que trabajaba con abortos forzados y confiscación ilegal de tierras. El riesgo real para China no es la agitación, sino la “estabilidad rígida” de un sistema político inflexible, que embotella las tensiones sociales.