Los países más poderosos del mundo acordaron reducir la
emisión de gases invernadero en un 50% para 2050. Este objetivo, que sustituirá
al protocolo de Kioto, ha roto la resistencia del presidente de Estados Unidos,
George Bush, en la lucha contra el cambio climático. Los líderes europeos
buscaban compromisos a corto plazo.
Los jefes de Estado o de gobierno de las siete naciones más
ricas del mundo (Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Francia, Italia y
Japón) más Rusia, acordaron reducir al menos a la mitad las emisiones de gases
de efecto invernadero de aquí al año 2050. Un acuerdo que ha supuesto un cambio
de postura por parte de la
Casa Blanca, a medio año de que Bush abandone la presidencia.
Estados Unidos ha aceptado que las medidas vinculantes para
alcanzar ese objetivo formen parte de las negociaciones auspiciadas por
Naciones Unidas sobre un nuevo acuerdo climático, que culminarán en una reunión
en Copenhague programada para finales de 2009.
El gobierno de Bush calificó la declaración final de la
cumbre del G8 sobre la cuestión climática como un resultado excelente. "Al
fijar como objetivo la reducción en un 50% de los gases de efecto invernadero
de aquí al año 2050 los países miembros del G8 se han comprometido con una
visión común de largo plazo", dijo en Toyako (Japón) el asesor para
asuntos económicos de la
Casa Blanca, Dan Price.
"Ha habido una discusión excelente y un resultado
excelente", recalcó el consejero presidencial. Ahora se trata, agregó
Price, de encontrar con todos los grandes países industrializados, es decir,
incluyendo a China y la India, una estrategia vinculante para todos a fin de
establecer objetivos de mediano plazo en la lucha conta el calentamiento
global, tal como ha propuesto el presidente Bush.
El asesor de la Casa Blanca aseguró que esta meta podría
alcanzarse este miércoles, el último día de la cumbre, durante una reunión de
los líderes de los 17 países más industrializados del mundo.
La decepción europea
Los países europeos pretendían alcanzar en la cumbre
compromisos a más corto plazo, como una reducción del 20% para 2020. El
objetivo era que las principales potencias del mundo tomaran medidas en los
próximos años.
Las organizaciones ecologistas que siguen el desarrollo de
la cumbre de Toyako expresaron su escepticismo sobre el compromiso asumido por
los líderes del G8 en la lucha contra el cambio climático y criticaron
especialmente la falta de un acuerdo para fijar objetivos de reducción de los
gases contaminantes para el año 2020.
"En el año 2050, (el primer ministro canadiense
Stephen) Harper tendrá 91 años, Bush tendrá 104 años y (el primer ministro
japonés Yasuo) Fukuda tendrá 114 años, así que no creemos necesariamente en sus
compromisos", afirmó Ben Wikler, del grupo ecologista