El 8 de octubre, el gobierno venezolano pagó cerca de US$ 1.600 millones para cubrir su bono Global 2014 más intereses. Sin embargo, en una medida muy poco usual, recurrió a las reservas internacionales del banco central (BCV), para pagar sus compromisos.
Usar las reservas internacionales del BCV para pagar deuda no es algo común en Venezuela; típicamente la tesorería nacional realiza estos pagos a través de sus cuentas en el extranjero y así no comprar divisas al momento del desembolso. La medida ha generado especulación de que los activos externos del país están declinando, debilitando aún más la credibilidad del gobierno. Ahora se están planteando preguntas sobre qué ocurrió con el fondo de reservas estratégicas de US$ 750 millones anunciado por el presidente Nicolás Maduro a comienzos de septiembre.
El hecho de que la amortización de pagos proviniera del BCV—lo que dejó las reservas extranjeras líquidas en un nivel que sólo alcanza para cubrir dos días de importaciones (US$ 300 millones, desde los US$ 2 mil millones previos al pago)— es una señal negativa. La medida sugiere que no habían más fuentes de efectivo disponible y también indica que el gobierno hará una pausa en sus actuales esfuerzos por reducir los pagos adeudados a los importadores, hasta que los ingresos por el petróleo se recuperen y las posiciones de efectivo sean restablecidas a niveles más saludables.
Sin embargo, para desgracia de Venezuela, los precios del petróleo continúan cayendo a un ritmo acelerado a medida que crecen las divisiones entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. La canasta promedio de crudo de la OPEP podría caer a US$ 80 por barril, el equivalente a una canasta venezolana de US$75. Si los precios promedio se mantuvieran a este nivel en 2015, estimamos que los ingresos por exportaciones de petróleo de Venezuela caerían en cerca de US$ 10 mil millones, un retroceso de 14% respecto de los ingresos de US$ 75 mil millones estimados para 2014.
Tres años de pagos
Pese a estas tendencias —y a la reciente resolución de un arbitraje que favoreció a la estadounidense ExxonMobil— esperamos que la petrolera estatal PDVSA va a cumplir sus compromisos de deuda por US$ 3 mil millones que se vencen el 28 de octubre. Se estima que PDVSA cuenta con suficientes activos líquidos como para pagar la deuda, y está muy consciente de la necesidad de mantener una buena posición en los mercados financieros internacionales, especialmente porque tiene US$ 17.600 millones en deuda en bonos que se vencen en tres años (US$ 5.900 millones en 2015; US$ 4.700 millones en 2016; y US$ 7.000 millones en 2017).