Han pasado cinco años desde el fin del mayor desplome en la economía desde los años ’30, la crisis financiera global de 2008-2009, y la vacilante recuperación ha sido una decepción. Pese a que Economist Intelligence Unit estima que Estados Unidos y el Reino Unido están creciendo a un ritmo sostenible (a tal grado que sus bancos centrales ahora están considerado el momento para aumentar las tasas de interés), y que Japón está a punto de emerger de un estancamiento aún más largo, existe un pesimismo renovado sobre Europa, que sufrió una segunda recesión en 2012-2013.
Nuestro pronóstico para el crecimiento de la economía global para 2014 es 2,5%, una tasa modesta a lo sumo, que aumenta a 3% para 2015, un ritmo dependerá de un desempeño más fuerte por parte de la Unión Europea.
La salud de los mercados emergentes ofrece la misma mezcla de ánimo y preocupación.
La economía china parece haber respondido bien a las medidas de estímulo del gobierno a principios de año, por lo que debería alcanzar su meta impuesta de crecimiento de 7,5% en 2014.
India se mantiene por buen camino para expandirse 6% este año, y el nuevo gobierno que favorece a las empresas ha impulsado la confianza de los inversionistas, pero todavía nos falta ver evidencia que sugiera que pueda devolver a la economía al 8% de crecimiento que registraba regularmente en los años previos a la crisis. Hemos hecho nuevamente una revisión a la baja para el crecimiento ruso y continuamos esperando un año pobre para Brasil.
Episodios de inestabilidad política han estallado con frecuencia, golpeando la confianza empresarial en un momento donde un crecimiento sostenido más alto estaba comenzando a aparecer.
En Irak la amenaza de los militantes del Estado Islámico (EI), que se han tomado las ciudades en el norte y el centro, ha crecido lo suficiente como para desencadenar ataques aéreos desde EEUU, y la lucha entre el ejército ucraniano y los separatistas pro-rusos continúa asegurando que el choque entre Rusia y Occidente se mantenga.
El resurgimiento de la violencia entre israelitas y palestinos ha sumando una nueva fuente de riesgo. Estos conflictos amenazan el abastecimiento de energía y commodities en momentos en que muchas economías están pobremente equipadas para enfrentar aún más golpes en los suministros.
Mundo desarrollado
En EEUU, la economía al fin se recuperó de las contracciones inducidas por el clima en enero-marzo para expandirse 4% en el segundo trimestre, apoyando la visión optimista de sus perspectivas. El desempeño del segundo trimestre estuvo en línea con nuestras expectativas, pero hemos aumentado nuestro pronóstico para 2014 a 2,2% de 1,7%, debido a las revisiones del periodo enero-marzo. El mejoramiento en abril-junio tuvo una base amplia, con el gasto en el consumo, la inversión fija, las exportaciones netas y el gasto de gobierno recuperándose bien.
El impulso en la zona euro se mantiene desigual y vulnerable, y ahora está bajo presión debido a la crisis Rusia-Ucrania. La última ronda de sanciones de la UE a Rusia afectará de manera desproporcionada a Alemania. Aún antes que esto surtiera efecto, la economía alemana se contrajo en una base trimestral en abril-junio. Las firmas alemanas son importantes productoras de bienes de capital de alta gama en los sectores de defensa y petróleo que fueron prohibidos bajo las nuevas sanciones, mientras que la exposición de los bancos alemanes a Rusia es equivalente a más del 0,5% del PIB. Y el resto de la zona euro no es lo suficientemente fuerte como para compensar una Alemania más débil; Francia ha visto una serie de pobres datos publicados; e Italia se contraerá en 2014. España –cuyo desempeño sobresale en lo que va de 2014– corresponde sólo al 11% de la producción agregada en la zona euro. Como resultado de un crecimiento más débil de lo esperado en la región en el segundo trimestre, hemos bajado nuestra proyección para la zona euro a 0,9% en 2014 (de 1%) y 1,3% en 2015 (de 1,4%).
“Abenomics”, la agenda económica del gobierno japonés, está enfrentando una dura prueba, tras una aguda contracción de 6,8% trimestre sobre trimestre a una base anualizada en el segundo trimestre. La caída era esperable, ya que sigue a la aplicación de una tasa más alta en los impuestos a las ventas en abril que llevó los consumidores a adelantar sus compras.
De hecho, la contracción fue liderada por una caída trimestral de 5,1% en el consumo privado. Sin embargo, el impulso se está acumulando en la inversión no-residencial privada. Esto es importante, ya que la mayor esperanza del gobierno para levantar la economía hacia una trayectoria de crecimiento más alta es persuadir a las empresas ricas en efectivo de Japón a que se comprometan con los planes de expansión. No obstante, creemos que es poco probable que la economía crezca 2% este año, por eso que hemos bajado nuestra proyección a 1,8%.
Mercados emergentes
Asia proveerá la más alta participación en el crecimiento de la economía global en 2014. Tras un lento periodo a principios de 2014, la economía china se está estabilizando. El crecimiento real del PIB se aceleró a 7,5% año sobre año en abril-junio, de 7,4% en el primer trimestre, sugiriendo que el paquete de “mini estímulos” del gobierno, con un modesto relajamiento de la política fiscal y monetaria, ha ganado tracción. Como resultado, hemos aumentado el pronóstico de crecimiento en 2014 a 7,5% desde 7,3%. Desde entonces, los datos publicados han sido desiguales: las ventas minoristas se han mantenido sólidas pero la actividad en la construcción –el mayor beneficiario de los mini estímulos a principios de año– se ha debilitado.
Latinoamérica está experimentando otro año decepcionante, con el crecimiento en camino de disminuir de 2,6% en 2013 a 1,8% en 2014. En Brasil no hay una respuesta clara a la caída de la confianza antes de las elecciones de octubre, y el crecimiento será muy pobre, en 1%. México también ha visto un recorte en su previsión de crecimiento recientemente, pese que las reformas de amplio alcance del gobierno deberían empezar a dar dividendos desde 2015.
Argentina, la tercera economía de la región, está nuevamente en default tras un fallo desfavorable en los tribunales de EEUU. Las implicancias para la economía son complejas, en parte debido a las circunstancias particulares del caso, pero los riesgos de que la región se vea afectada por un efecto contagio son bajos.