Pérdida de empleos en EEUU afectó con más fuerza a las mujeres, afroamericanos, hispanos y personas sin título universitario
Un estudio de las universidades del Sur de California y de Austin en Texas reveló que la pérdida de empleo ha sido hasta tres veces mayor para quienes no pueden teletrabajar.
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De la mano de la acelerada implementación del teletrabajo durante la pandemia, surgen dudas y preocupaciones sobre cómo esta modalidad -que habría llegado para quedarse- está impactando a los diversos grupos de la fuerza laboral.
Con el fin de saber si el cierre de negocios afectó más a quienes no podían teletrabajar, académicos de las universidades del Sur de California y de Austin en Texas elaboraron el estudio "Trabajo a distancia y el impacto heterogéneo del Covid-19 en el empleo y la salud".
Usando datos de un panel con casi 7 mil personas, comprobaron que la pérdida de empleos en Estados Unidos fue hasta tres veces mayor para los colaboradores no remotos frente a quienes podían teletrabajar, lo que se traduce en que entre marzo y julio el 24% de los trabajadores no remotos y el 8% de los trabajadores remotos perdieron sus trabajos.
Dicha brecha, según la investigación, fue mayor para mujeres, afroamericanos, hispanos y personas sin título universitario, y además, "la pérdida de empleo y, en menor medida, el deterioro de la salud, fueron más graves entre trabajadores no remotos de hogares de bajos ingresos. Como resultado, la pandemia ha agravado disparidades preexistentes".
Una de las autoras es Manuela Angelucci, académica de la Universidad de Texas en Austin, quien detalló que "entre marzo y abril alrededor del 40% de los trabajadores no remotos de bajos ingresos perdieron sus trabajos, y en contraste solo cerca del 5% de los trabajadores no remotos de hogares acomodados quedaron desempleados".
La doctora en Economía de University College London explicó que la reapertura provocó aumentos "modestos" en el empleo de los trabajadores no remotos, pero que la mayoría de quienes fueron despedidos en marzo y abril siguen desempleados. Esto, dijo, refleja que "levantar los cierres de empresas en sí no cambia sustancialmente la tasa de desempleo y potencialmente lo hace a costa de una peor salud respiratoria".
Sobre las acciones necesarias para que la brecha no siga aumentando, el coautor del paper y académico de la Universidad del Sur de California, Daniel Bennett, indicó que "el paso más importante es limitar la propagación de Covid-19".
La recomendación del doctor en Economía de la Universidad de Brown es que "programas como las pruebas rápidas que permiten volver a interactuar en persona serán clave para asegurar a los consumidores que es seguro volver a frecuentar negocios presencialmente".
¿Y Chile?
Si bien Angelucci advierte que cada mercado laboral tiene características diferentes, reconoce que "las ideas clave de que los trabajadores no remotos pueden verse más afectados que los remotos, que su empleo y salud respiratoria están vinculados, y que levantar los cierres de empresas no es suficiente para impulsar la economía, probablemente también se apliquen a la economía chilena".
El académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José Luis Ruiz, concordó con el planteamiento, destacando que a nivel nacional "los más jóvenes, los que reciben menores salarios y los inmigrantes se han visto más profundamente afectados".
Pensando en cómo evitar que la brecha siga creciendo, el doctor de la Universidad de Pensilvania aseguró que en lo inmediato se pueden profundizar medidas "paliativas" como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y a largo plazo "se requiere avanzar fuertemente en una mejor capacitación de la población y adaptación a nuevas tecnologías".
A su juicio, el tema de fondo es que "una necesidad permanente en la discusión del cómo avanzar en el desarrollo de Chile se centra en incrementar la productividad de la fuerza de trabajo. Con esto no solo se producirá más de manera per cápita, sino también volverá a las personas menos vulnerables a shocks económicos y financieros".