El BCE debatirá en septiembre posible flexibilización monetaria
Según las actas de la última reunión consignadas por EFE, el análisis de los banqueros abre la puerta a una posible rebaja de tipos.
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El Banco Central Europeo (BCE) debatirá en septiembre una posible bajada de los tipos de interés en función de la evolución de los precios del verano boreal, después de que en julio todos los miembros de su consejo acordaran mantenerlos en el 4,25%, porque la inflación “solo está bajando gradualmente”, dijo una nota de la agencia EFE.
Según reflejaron las actas de la reunión del Consejo de Gobierno del 18 de julio pasado, publicadas este jueves, la reunión del 12 de septiembre “se consideró ampliamente como un buen momento para reevaluar el nivel de restricción de la política monetaria”, lo que abre la puerta a una posible rebaja de tipos.
No obstante, insistieron en la necesidad de garantizar que la inflación vuelva al objetivo del 2 % y en que mantendrán los tipos de interés “suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario para lograr ese objetivo”.
Para la reunión de septiembre, el BCE ya dispondrá de los datos de inflación de julio y agosto, de información de las cuentas nacionales del segundo trimestre, incluida la remuneración por empleado, las ganancias y la productividad, así como una actualización de los datos monetarios.
La evolución de los precios hasta julio llevó a los máximos responsables de la política monetaria de la zona del euro a una decisión “cautelosa”, que estaba “particularmente justificada” por las incertidumbres sobre la evolución de los salarios, las ganancias, la productividad y la inflación de los servicios.
El Consejo de Gobierno, recogen las actas, “podía permitirse ser paciente y esperar a que hubiera más datos que confirmaran que la desinflación estaba efectivamente encaminada”.
Añade que un enfoque “cauteloso” también permitiría al Consejo responder siguiendo una trayectoria más gradual de reducción de las tasas de política monetaria si la inflación era más persistente de lo previsto actualmente.
Los miembros del Consejo destacaron entonces que las expectativas de inflación eran “más frágiles de lo habitual” aunque son conscientes de la necesidad de un “acto de equilibrio”, para no dañar indebidamente la economía, manteniendo los tipos en un nivel restrictivo durante demasiado tiempo.